El HUBU tarda menos en operar pero hay más pacientes en espera

GADEA G. UBIERNA / Burgos
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La demora media para entrar en quirófano en el Hospital Universitario de Burgos cae casi un mes, hasta los 111 días, pero el alza de cirugías «transitoriamente no programables» mantiene el total de pendientes en 4.607

El pago de peonadas y las externalizaciones han permitido reducir la lista para entrar en quirófano y la demora media en el HUBU, pero no así las primeras consultas pendientes. - Foto: Luis López Araico

Un paciente que esté ahora en lista para operarse en el HUBU espera, de media, casi un mes menos que antes de la pandemia para entrar en quirófano (111 días). Este dato es relevante, dado que las demoras medias llegaron a dispararse hasta los 204 días a causa del coronavirus. No tan positivo es, sin embargo, lo relativo al número total de personas pendientes de operación, porque si bien es cierto que en la denominada 'lista estructural' ha habido una reducción que casi la equipara a la de finales de 2019, con 4.607 intervenciones atascadas el pasado 31 de diciembre, se ha producido un aumento en el epígrafe de «pacientes transitoriamente no programables» (1.199, según datos oficiales) que, al final, mantiene la lista de cirugías pendientes por encima de lo registrado antes de la crisis.

Los datos oficiales de lista de espera quirúrgica pueden tener varias lecturas, en función de las cifras en las que se repare. En el HUBUes innegable que ha habido una mejoría global, porque en la lista estructural (que es aquella que, según la legislación, depende solo de los recursos de Sacyl) se ha pasado de las 7.332 intervenciones atascadas al término del primer trimestre del 2022 (máximo para Burgos desde que hay registros) a las 4.607 con las que concluyó el año pasado. El descenso ha sido progresivo, de forma que si se comparan los últimos datos oficiales con los del período más semejante, el cuarto del 2022, se constata que la lista estructural se redujo en un 16% (que equivale a 908 personas).

Ahora bien, más matices tiene el apartado relativo a la 'lista de espera total', en la que también se incluye a los pacientes que han rechazado ser intervenidos en un hospital privado (en Burgos, San Juan de Dios o Recoletas) y a quienes Sacyl denomina «transitoriamente no programables». Este último epígrafe es una suerte de limbo asistencial en el que se engloba a las personas que, siempre según versión oficial, han rechazo operarse cuando las han llamado y/o a los enfermos cuya situación clínica contraindicaba una cirugía en ese momento.

Lo llamativo del HUBU en este sentido es que entre finales de 2019 y de 2023 ha habido caída de los pacientes que, según Sacyl, rechazan operarse en un hospital privado (de 962 a 124 a finales de diciembre) y alza en esa suerte de limbo de lo «transitoriamente no programable» (de 93 a 1.199 a finales del pasado diciembre). El hospital de la capital es, de hecho, el que tiene mayor número de cirugías pendientes por esta causa en toda la Comunidad. Y, así, el atasco en este epígrafe es la causa de que el complejo cerrara el 2023 con más intervenciones en lista de espera que justo antes de que la pandemia trastocara por completo la actividad del hospital: 5.930 (de los cuales 4.607 en lista estructural) frente a los 5.577 de finales del 2019 (de los cuales 4.522 en estructural).

En cuanto a las demoras medias, en cambio, no hay matices (...).

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