Venerar una lengua en peligro de extinción

S.F.L.
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Eduardo Rojo publica 'Sefardíes en Nueva York', con nueve historias protagonizadas por descendientes de los judíos expulsados por los Reyes Católicos que viven en la Gran Manzana y hablan ladino

El escritor oniense, Eduardo Rojo. - Foto: DB.

En un lugar de la Mancha, del kual no kero akordarme el nombre, biviya, no muncho tiempo antes, un senyor; ¿A ma no lo sabía él bien sabido que su amo no le va a deshar durmir? En estos fragmentos de la novela española más internacional, Don Quijote de la Mancha, -traducida a unos 145 idiomas-  no hay errores ortográficos ni de sintaxis, sino que están escritos en ladino (o judeoespañol), la lengua que los sefardíes, los descendientes de los judíos que fueron expulsados por los Reyes Católicos en 1492, conservan y hablan en distintas variantes. Se la llevaron consigo allá donde acabaron, el norte y centro de Europa, Medio Oriente, incluso América. 

Los expertos la describen como una lengua en peligro de extinción, otros comentan que se encuentra en una situación dramática porque la mayoría de los hablantes corresponde a una población muy mayor porque en las escuelas primarias ya no se enseña, así que no hay nuevas generaciones que lo dominen. El asombro que causa en Eduardo Rojo, periodista y escritor de Oña, el logro en conservar hasta la actualidad, «en condiciones muy adversas», aclara, el idioma que hablaban en la Península Ibérica en el siglo XV le ha llevado a publicar Sefardíes en Nueva York, un nuevo trabajo literario compuesto por nueve cuentos protagonizados por sefarditas que conforma un retrato nostálgico sobre sus vidas.  

Entre ellas hay narraciones de corte histórico y otras de plena actualidad, pero todas tienen en común el desarraigo que arrastran los personajes y la búsqueda de una identidad. También la lengua romance que hablan, que mantienen siglos después la expulsión de España, y que todavía les «permite ser una comunidad que, más allá de la religión, el territorio y la nacionalidad, encuentra un vínculo en ese idioma heredado de sus antepasados», relata el autor. 

A Manhattan llegaron antes de que allí se hablara inglés. Ahora habitan miles en la Gran Manzana. Por ello, las historias sobre personas de ficción que se mezclan con otros reales como el poeta Federico García Lorca, los escritores Philip Roth y Antonio Muñoz Molina, o el cineasta Woody Allen se agrupan para llegar a configurar un retablo metaliterario sobre el «desarraigo social y el esfuerzo por descifrar una razón para vivir», añade. 

Como en cada una de sus obras, Rojo hace un guiño a su tierra y conecta Oña y Cornudilla con Nueva York. Poseer una perdiz roja de la comarca burgalesa de la Bureba es uno de los anhelos de un viejo judío que trabaja como conserje en la Universidad de Fordham (centro privado de la Compañía de Jesús); Dos ancianos, uno askenazí y otro sefardí, dirimen sus diferencias con una fatídica carrera por la ribera del río Hudson… 

Las páginas siguen un cierto orden cronológico y el libro se abre con el relato Los 23 innombrables cruzan el mar, basado en la trama de la marcha de 23 sefarditas holandeses en barco de Recife, que ahora pertenece a Brasil, para huir de la Inquisición portuguesa, que tras perderse terminaron en la isla de Manhattan, cuando la ciudad todavía no era Nueva York y el territorio estaba en manos de los holandeses, a mediados del siglo XVII. En otro de los cuentos, El huerco de Roncesvalles, la búsqueda del protagonista, el cantautor Saul Levi, se centra más en la indagación de su identidad personal: el desapego a la tradición y a la figura paterna y la opción sexual. 

Para la elección del título, «un asunto realmente complicado», Rojo se ha inspirado en el libro de poemas de García Lorca Poeta en Nueva York. «He dedicado un capítulo, llamado Periodista en Nueva York, en el que el español es uno de los personajes principales, coincidiendo con su estancia en la ciudad en la época de la depresión económica de 1929», declara. 

Estos y otros relatos curiosos que componen el alma del libro se encuentran ya disponibles en las librerías y en plataformas digitales. Orgulloso de su trabajo, el oniense pretende contribuir en que se conozca a este grupo «que tuvieron cantidad de presencia en la literatura española durante siglos y que tanto han aportado a la cultura de nuestro país».