Han tenido que pasar algo más de dos años, pero por fin concluyen. La línea de alta velocidad entre Venta de Baños y Burgos se va a pasar todo el puente de probatura para rematar por fin los test de fiabilidad, última fase de la tarea que corresponde al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias.
Esos son al menos los planes de ADIF, que nada más comenzar el mes de mayo quiere dejar lista su parte del trabajo. Empleando el símil taurino, a partir de ahora entrega los trastos a Renfe para que empiece a formar a sus maquinistas y a realizar simulaciones comerciales. A la inauguración del AVE en Burgos con pasajeros le quedan todavía unas cuantas semanas, pero está superando uno de los últimos y más importantes pasos.
Explican desde el ADIF que las pruebas se desarrollan a lo largo de 87,25 kilómetros y llegan «una vez se considera que la infraestructura está en condiciones similares a las de explotación. Se trata, por tanto, de recorridos previos a la explotación comercial que sirven para ajustar los tiempos de recorrido en materia de puntualidad». Carlos Alfageme, gerente de área de ADIF alta velocidad, explica que «los recorridos que estamos haciendo estos días tienen por objeto comprobar la fiabilidad de las instalaciones de los tres subsistemas que tenemos instalados, que son infraestructura, energía y señalización. Se hacen siguiendo la recomendación técnica de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria sobre los procesos previos para la puesta en servicio de nuevas líneas».

Vídeo: Imágenes cedidas por Adif.

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