Santa María del Campo tiene previsto mejorar su piscina de verano para hacerla más accesible. «Hemos ido haciendo mejoras, pero queremos que la gente con silla de ruedas o muletas no tenga ningún problema para acceder», comenta el alcalde, Dositeo Martín. Las obras se han sacado a licitación por 32.000 euros y las empresas pueden presentar sus solicitudes hasta el 14 de abril en la plataforma de contratación de la Diputación.

Los trabajos de mejora se centrarán principalmente en la accesibilidad en la zona de los vestuarios, con el fin de renovar la entrada donde actualmente existe un escalón en el acceso de ambos vestuarios, almacenes y bar. Se va a cambiar el pavimento actual y se incluirán dos rampas para que todas las personas puedan disfrutar de esta instalación deportiva y de ocio de la localidad del Arlanza.

Además, se va a mejorar la seguridad en la piscina pequeña y se facilitará la accesibilidad al vaso de los adultos. Así, se colocará una nueva valla perimetral en la parte destinada a los niños. Mientras, en la piscina grande se ejecutará una escalera en una de las esquinas, con forma circular de 1,5 metros de radio, que incluirá también su propia barandilla, y se eliminará la escalera metálica existente ahora. Y otra de las cuestiones que se plantean en el proyecto es la mejora de la conducción de agua del pozo al vaso de la piscina con idea de optimizar el consumo.

 Por otro lado, Dositeo Martín avanza que en breve se colocarán en el pueblo semáforos informativos en las entradas del pueblo para tratar de conseguir que quien pase «modere la velocidad». Uno de los principales proyectos que tienen entre manos es el arreglo de la carretera de Villaverde, que mejorará con medio millón de euros gracias a la colocación de aceras y al soterrado del cableado. De este modo, se conseguirá tener adecentadas las cuatro entradas.

Donación de vivienda. El municipio también ha sacado a licitación, por 47.500 euros, las obras para derribar una vivienda antigua que ha sido donada por un vecino al Ayuntamiento. Las edificaciones cuentan con una antigüedad de más de 100 años, sin que actualmente puedan destinarse a algún uso debido a que su interior y su cubierta están en muy mal estado de conservación.

«Se encuentra en un estado ruinoso, por lo que lo vamos a tirar todo», explica el alcalde, que menciona que las fachadas también cuentan con múltiples desconchones y su intención pasa por renovar por completo la parcela. Así, no se han planteado darle ningún otro uso a este amplio edificio pero sí  acondicionará el solar.

El volumen a derribar abarca tres inmuebles, que cuentan con acceso a los servicios de agua y desagüe al colector municipal, suministro de energía eléctrica, acerado y acceso a través de las calles Corta y Trinidad. Así, se pretende construir un nuevo jardín y hacer más amplia la calle -que actualmente es muy estrecha- para que se pueda circular mejor por allí. El terreno se enmarca muy próximo a la iglesia, por lo que también permitirá mejorar el aspecto de un punto clave  de este municipio burgalés.