Los gobiernos en minoría obligan a negociar y a tragar. Y así ha comenzado la legislatura en los ayuntamientos de Villarcayo y el Valle de Mena, donde ni PP, ni Por Mena alcanzan mayoría absoluta. En Villarcayo, el alcalde Adrián Serna trató de negociar con los tres grupos de la oposición para conseguir el objetivo de tres dedicaciones, la suya exclusiva y la parcial de dos ediles más. Solo consiguió el apoyo del PSOE, que le ha obligado a rebajar su sueldo de los 38.500 euros brutos anuales que aprobó el pleno en diciembre pasado a 32.000 euros (1.720 euros mensuales en 14 pagas), lo que implica volver a los ingresos aprobados en 2019 con una ligera subida en base a las aplicadas en la función publica. A cambio, también contará con dos ediles liberados con una dedicación del 75%, la de Personal, Obras, Pedanías y Educación, Iratxe San Millán, y la de Cultura, Festejos, Igualdad y Tercera Edad, Estefanía López Barcina. Ambas cobrarán 24.000 euros anuales.

Por Mena trató de alcanzar un acuerdo con el PSOE antes del pleno, pero no hubo oportunidad de diálogo y el PP antes de la sesión solo le manifestó estar en contra de las dedicaciones y los salarios en la Corporación. Llegado el pleno, PSOE y PP hicieron frente común y realizaron el mismo ofrecimiento al regidor, José Ranero, que cobrara 32.500 euros anuales -el mismo salario de Serna-, a pesar de que la exalcaldesa socialista Lorena Terreros alcanzó los 46.600 al final de la legislatura, y además, sin ningún otro edil liberado frente a los dos con que comenzó Terreros en 2019. Ranero está, de momento, sin sueldo.

En Medina de Pomar, el alcalde socialista Isaac Angulo, que comenzó la pasada legislatura con 38.000 euros brutos anuales, se ha jubilado, y ya no tiene salario. Por ello, si antes tenía dos concejales liberados, ahora hay tres.

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