La Diputación no ha recibido con ningún entusiasmo la invitación que el vicealcalde y presidente de laSociedad de Promoción, Vicente Marañón, ha trasladado esta semana para que la institución provincial realice una aportación económica que libere al Ayuntamiento de soportar por sí solo un desembolso de 6 millones de euros para que la compañía irlandesa Ryanair opere desde Villafría durante los próximos tres años. Si ya el portavoz del PP en la Diputación, Borja Suárez, reconoce que, «a priori, es complicado», el vicepresidente y compañero de partido de Marañón, Lorenzo Rodríguez, es aún más tajante al afirmar primero que «es muy difícil» y al añadir después, más contundente, que «no vamos a estar y menos con estas cantidades».

Rodríguez desveló ayer que Marañón habría propuesto que la Diputación realizara «una aportación de 500.000 euros» al año y esa cantidad avanzó que es inasumible para la institución provincial. No descarta que pudieran llegar a realizar una inyección mucho más modesta, pero ni siquiera en eso se quiso comprometer y recordó que hace ya años que la institución provincial decidió dejar de aportar dinero para vuelos comerciales.

Suárez, más diplomático, no quiso cerrar definitivamente la puerta y antes de pronunciarse afirmó que es necesario que el Ayuntamiento «nos aporte más información para conocer la propuesta y estudiarla». Es decir, saber los destinos a los que volaría la compañía irlandesa, el coste real, el periodo en el que volaría Ryanair...

El portavoz del PP quiso dejar también algún recado al recordar que ya en 2015 existió la posibilidad de que la aerolínea irlandesa volase desde Villafría por la mitad de precio (a Londres y Barcelona) y esa opción se encontró «con la resistencia de De la Rosa y de Marañón, y no precisamente por ese orden».

Suárez destacó el valor de que una compañía como Ryanair pudiera volar desde Villafría y defendió que «poner a Burgos en el mapa es algo muy bueno», pero al mismo tiempo lo que hay que analizar es «si el desembolso es equilibrado».

Precisamente la Diputación, tal y como recordó, decidió retirar sus aportaciones para vuelos comerciales al entender que las rutas regulares con Barcelona «no tenían retorno para la provincia» y ahora habría que analizar muy detenidamente la opción de Ryanair. 

Con mejores o peores palabras, del mensaje de Suárez y, sobre todo, de Rodríguez se interpreta un portazo de la Diputación al Ayuntamiento. Donde además no se olvidan tampoco las discrepancias entre las dos instituciones acerca del futuro del Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI).

Si ya era complicada la llegada de Ryanair, el hecho de saber que el Ayuntamiento debería de asumir todo el desembolso parece pronostica que la llegada de la aerolínea irlandesa es ahora poco menos que una misión imposible. 

A eso se suma que en el ala socialista del Gobierno de coalición, el alcalde, Daniel de la Rosa, se habría mostrado mucho más reacio que su socio, Vicente Marañón, a la hora de apostar por la aerolínea irlandesa.

¿Qué opciones quedan? Con la opción de Ryanair cada vez más complicada y con la de Air Nostrum prácticamente descartada (se ve una contradicción contratar lo mismo que se desechó hace un año), las alternativas que le quedan al bipartito para recuperar la actividad comercial en Villafría pasan en este momento por las propuestas que puedan realizar Volotea y Binter Canarias.

De momento, la Sociedad de Promoción tiene reservada en sus cuentas una partida de casi 400.000 euros para promoción del aeropuerto, una cantidad del todo insuficiente para contratar una operativa regular durante todo el año. El ejemplo más claro está en los 1,2 millones de euros al año que se le pagaba a Air Nostrum por la ruta a Barcelona o los 2 que ahora reclama Ryanair.

Marañón, eso sí, resta importancia a las partidas reflejadas en el Presupuesto ya que de ser necesario más dinero, según añade, se podría realizar una transferencia de fondos desde las cuentas del Ayuntamiento.

De nuevo, la posibilidad de que Villafría recupere los vuelos comerciales vuelve a ser una incógnita. Habrá que esperar.