Subir la cuesta arriba el día que no cuesta

I.M.L. / Aranda
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Los arandinos sacaron del armario sus mejores galas para cumplir con la tradición de acudir a la ermita de la patrona • La ilusión de verla un año más desvaneció el cansancio de la fiesta acumulada

Lágrimas y expectación se mezclan en el momento en el que la virgen regresa a su lugar en la ermita. - Foto: diariodeburgos.es

Después de que los primeros actos de la fiestas patronales arandinas se viesen amenazados por la lluvia, que al final no obligó a suspender ninguno, la mañana de ayer se despertó radiante, con un sol en todo lo alto del orbe azul, como si los cielos arandinos a los que alude el Himno a la Virgen de las Viñas fuesen conscientes de lo que se celebraba en la capital ribereña. Para estar a juego con un día de gala, los arandinos se desperezaron temprano de la juerga del sábado para, con sus mejores atuendos, acudir a rendir honores a la protagonista por excelencia de estas jornadas festivas.

Casi una hora antes de comenzar la solemne misa, el santuario ya se encontraba repleto de fieles que, al final, llegaron a abarrotarlo para escuchar la ceremonia bajo la atenta mirada de la patrona que, por ser año bisiesto, estaba adornada con su dosel. El encargado de oficial la celebración, acompañado de los sacerdotes de las diferentes parroquias y congregaciones arandinas, fue monseñor José Sánchez González, obispo emérito de la diócesis de Sigüenza Guadalajara, quien en su homilía demostró su gran conocimiento de esta tierra, en parte gracias a su relación con distintos sacerdotes y prelados arandinos, como Jesús López Sobrino o monseñor Raúl Berzosa. Además de los elogios a la virgen y sus cualidades, el obispo animó a los presentes a tenerla como ejemplo para vivir su fe.

sacar la estrella al sol. Emulando un cuento de navidad de Gloria Fuertes, los arandinos sacaron la estrella al sol y, acompañada de asociaciones, cofradías y una larga comitiva de trajes regionales, la Virgen de las Viñas recorrió el paseo de la explanada de su ermita para que todos los presentes pudiesen admirarla refulgir bajo los rayos del astro rey.

Junto a la comitiva de autoridades civiles y militares y los miembros del consejo de la cofradía, la Banda Municipal ‘Villa de Aranda’ puso la banda sonora a este paseo triunfal de la Reina arandina, vestida con su traje de gala y coronada como se merece. Muchos momentos de emoción se vivieron durante el recorrido, pero los más intensos fueron los dos cambios de portadores de la carroza, cuyo esfuerzo es ímprobo, y la entrada en la ermita, para aguardar a volver a verlo el año que viene.