Los expedientes contra la peluquería se perdieron en el Ayuntamiento

P.C.P. / Burgos
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Las actuaciones que el Seprona realizó desde 2008 en Antoñanzas por venta irregular de animales no tuvieron consecuencias administrativas por falta de personal para tramitarlos

Policías nacionales y guardias civiles registraron el local anexo a la peluquería Antoñanzas el 28 de febrero. - Foto: DB/Miguel Ángel Valdivielso

¿Cómo ha podido funcionar el local anexo a la peluquería Antoñanzas de la avenida de Castilla y León durante años sin ninguna traba? ¿Cómo no ha sido multado o cerrado por carecer de licencia de apertura o para comercializar animales, pese a las actuaciones del Seprona y las quejas de los propietarios de otras tiendas de mascotas? Estas preguntas han quedado en el aire después de la intervención realizada por el Cuerpo Nacional de Policía el pasado 28 de febrero en un negocio cuyas supuestas irregularidades que era vox populi desde hace tiempo. La respuesta es sencilla, las denuncias se extraviaron entre los centenares de casos acumulados sin tramitar en el Ayuntamiento, por falta de personal que las instruya.

No hay constancia de ningún expediente abierto a los titulares del negocio ni en la Concejalía de Sanidad ni en la de Licencias, según ha confirmado a este periódico la responsable de la primera de la primera de ellas, Marisol Carrillo. La única actuación que figura data de 2006 y se refiere a una intervención por ruidos, que realizó la Sección Administrativa (Secom) de la Policía Local y que tampoco tuvo consecuencias.

 De las demás no ha quedado ni rastro en el sistema informático del Ayuntamiento, pese a que el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil había intervenido en al menos tres ocasiones desde febrero de 2008 y remitido el resultado de sus inspecciones tanto a la administración local como a la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos, puesto que también carecía de la autorización como núcleo zoológico, para lo que se precisa inscripción en el registro regional.

En los archivos de la Delegación sí consta una denuncia, en  2008, que fue redirigida al Ayuntamiento al tratarse de cuestiones relativas a la licencia, según la versión facilitada por la Junta. Nada más.

En aquella primera ocasión, hace 4 años, los guardias civiles se encontraron cerca de un centenar de animales y aves, entre los que había especies amenazadas. Según consta en el informe, había cuatro jilgueros, tres luganos, un verdecillo, 40 canarios, ocho periquitos, seis chinchillas, 15 gerbos del desierto, cuatro erizos africanos, cuatro hámster, cuatro ardillas voladoras, cuatro cachorros de perro de raza york shire y dos cachorros de bulldog francés. En otra intervención, se incautaron de un mono titi, una especie rara.

Hace unos días, no había animales exóticos pero sí decenas de perros, gatos, periquitos, canarios y hamster, que los peluqueros anunciaban por internet y vendían sin esconderse.