La defensa del ladrón de Caja Laboral alega que el disparo fue «fortuito»

I. Elices / Burgos
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El abogado de Enrique Vicente Grueso sostiene que el director de la oficina se «abalanzó» sobre su cliente y en el «forcejeo» se disparó el revólver de forma accidental e «imprudente»

El atraco se produjo el 22 de mayo de 2013 por la mañana. - Foto: Alberto Rodrigo

La defensa de Enrique Vicente Grueso, el delincuente que en el mes de mayo de 2013 atracó la sucursal de Caja Laboral en la calle Madrid, considera que el arma que portaba su cliente y que hirió de gravedad al director de la oficina «se disparó fortuitamente». Según su escrito de calificación, Miguel Ángel Vivar -máximo responsable de la sucursal- «se abalanzó» sobre el ladrón y «forcejeó» con el revólver hasta que éste se disparó sin intención de su representado.  Según señala el letrado, «incluso después de recibir el impacto de bala siguió a horcajadas encima del acusado, al que propinó una serie de puñetazos que le produjeron lesiones en todo el rostro, por lo que el tiro se produjo», además, «de forma imprudente». Esta versión contrasta con la de la Fiscalía, que sostiene que «accionó el arma con intención de causar la muerte a Miguel Ángel».

La interpretación de los hechos lleva al abogado Carlos Gutiérrez a  sostener que su cliente es culpable de un delito de lesiones por imprudencia, por el que debería cumplir una pena de un año de prisión. El Ministerio Público pedía 8 años por un delito de tentativa de homicidio.

Como fue detenido en el lugar de los hechos, el letrado no tiene más remedio que admitir que Enrique Vicente Grueso es culpable. Así, considera que su defendido cometió dos delitos de robo con intimidación y uso de arma de fuego en grado de tentativa (1 año y nueve meses de prisión por cada uno de ellos). No hay que olvidar que 2 días antes había intentado robar a punta de pistola en la agencia de Viajes Barceló en Eduardo Martínez del Campo. Por este delito de tenencia ilícita de armas, solicita 9 meses de cárcel, lo que hace un total  5 años y tres meses, según su calificación.

Los hechos ocurrieron a las 10,30 horas del 22 de mayo del año 2013. Enrique Vicente Grueso entró en la sucursal de Caja Laboral empuñando un arma de fuego. Una vez en el interior exigió al director que le entregara todo el dinero. Éste le contestó que debía esperar, que se lo daría, pero que el retardo de la caja era de 10 minutos. El acusado le advirtió de que se estaba poniendo nervioso por la espera, mientras se dirigía a la otra empleada -también había una clienta- instándola a que no hiciera nada ni llamara a nadie.

En un momento dado pidió a Miguel Ángel Vivar que le entregara todas las monedas. Éste aprovechó para sentarse en el mostrador y dar aviso a la central de alarmas y, acto seguido, introdujo la calderilla en una bolsa de plástico. El atracador amartilló el revólver para que se diera más prisa. Atemorizado al pensar que le iba a disparar, se levantó y se dirigió al delincuente y fue cuando se produjo el disparo. Recibió el tiro en la zona cervical y, a pesar de estar herido, llegó hasta el ladrón y le redujo contra el suelo.