Calles llenas de barro, árboles caídos, piedras movidas, garajes inundados, jardines completamente estropeados... Una fuerte tormenta en Castrojeriz arrastró en la tarde del martes todo lo que encontró a su paso y los vecinos aseguran que pasaron miedo al ver la magnitud que alcanzaba. El agua corría sin parar y sobre el terreno se comprobaban los numerosos destrozos causados. Así, los más de 70 litros por metro cuadrado provocaron que ayer se movilizara a un amplio equipo humano para recuperar la normalidad lo antes posible.
«No había visto nunca esto, teníamos toda la nave llena de agua y barro», explicaba Javier Pérez, que ayer no paró de sacar la cantidad de lodo que se había formado en su local. En las ruedas de uno de los tractores y en otros materiales que tenía en el interior se podía observar hasta dónde había llegado el agua, superando los 20 centímetros. La intensidad de la lluvia fue muy alta en poco tiempo y eso provocó el caos. Todos los vecinos, principalmente los que poseen sus casas en la zona más baja, mostraban su tristeza y desesperación. Eso sí, también en otros puntos como la calle Real se vieron afectados. Mangueras, palas y carretillas tomaban el protagonismo en esta localidad de Odra-Pisuerga.
La parte de la carretera en dirección a Hontanas resultó una de las más perjudicadas, ya que se encuentra en la zona baja -al estar todo el pueblo en cuesta- y hasta allí fue a parar todo el agua caído. De hecho, estuvo cortada ante la imposibilidad de circular por ella mientras los operarios municipales trabajaban sin parar para dejarla accesible. Pero la tierra arrastrada por el agua generaba grandes acumulaciones de barro y no resultaba tarea sencilla. De la misma forma, los vecinos de las casas próximas a esta vía también trataban de dejar lo más limpias posible las entradas a sus viviendas y garajes.
El barro se acumulaba ayer en las calles de Castrojeriz y por ello se prohibió el paso a los vehículos. - Foto: ValdivielsoLa alcaldesa, Beatriz Francés, se mostraba especialmente disgustada. «Dan ganas de llorar», decía, mientras colaboraba con los operarios en las zonas dañadas (...).
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La zona baja de la localidad resultó más afectada. A Javier se le inundó toda la nave. - Foto: Valdivielso
La fuerte tormenta del martes por la tarde se ‘comió’ jardines y bancos. - Foto: DB
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