Un pueblo que inspiró un viaje

M. URIZARNA
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La Cabaña Real de Carreteros de Quintanar de la Sierra llegó ayer a Burgos capital con el mástil de pino. La próxima semana partirá hacia Santander y se prevé que llegue a Sanlúcar de Barrameda en primavera

El mástil se levantará en una plaza de Sanlúcar de Barrameda para honrar a la nao Victoria. - Foto: Patricia

Suena la dulzaina y un carro con un mayo de pino de 23 metros de largo, arrastrado por dos gigantescos bueyes, entra en la capital burgalesa por la Vía Verde tras cinco días de ruta desde Quintanar de la Sierra. Ayer, el tronco que homenajeará al mástil de la nao Victoria y que tiene su destino final en Sanlúcar de Barrameda, llegó a nuestra ciudad para recordar el quinto centenario de la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano, un hito en el que mucho tuvo que aportar Burgos. 

Cuando Armstrong llegó a la Luna, suyos fueron los méritos de la misión, sin embargo, tras el triunfo del viaje se encontraba la Nasa. Al igual que con la vuelta al mundo, Magallanes y Elcano pasaron a la historia, pero sin el material de los pinos que entregó la Real Armada de Especiería de Burgos para la fabricación de las naves, nunca hubieran zarpado hacia la mar. 

Los bosques de Quintanar de la Sierra, localidad donde se creó la Cabaña Real de Carreteros, que llevará el pino hasta Sanlúcar, han resistido el paso del tiempo como ejemplo del buen uso selvícola que promovió la Real Armada durante el siglo XVIII y parte del XIX. Por ello, uno de los sueños de los carreteros es poder realizar, a parte del mástil que se levantará en la localidad gaditana, una maderada por el Guadalquivir, para poner en valor que los ríos de España sirvieron para transportar madera, y homenajear así a todos los pueblos selvicultores que hicieron posibles estas rutas. 

El pino, extraído la pasada primavera del monte de La Dehesa de Quintanar de la Sierra, se expondrá durante una semana en el Paseo de Atapuerca, y luego se iniciará su viaje hasta Sanlúcar de Barrameda, aunque aún no se ha determinado cómo llevarlo a cabo. «Lo ideal sería llevarlo hasta allí por tierra, pero no hay caminos, y con un mástil de más de 20 metros no podemos meternos por carreteras y vías públicas», explicó Antonio Martín, presidente de los carreteros. La solución provisional que han encontrado es subirlo hasta Santander, y una vez allí, en barco o en tren, trasladarlo hasta Sevilla, desde donde retomará el recorrido en carro hasta la localidad costera. 

Lo que está claro es que por Santander tiene que pasar, pues la Cabaña Real guarda allí toda la documentación de la Armada que llevaba los mástiles en el siglo XVIII. La madera salía de Burgos y pasaba por Aguilar y Reinosa. Recientemente el profesor José Luis Moreno Peña ha realizado una publicación sobre las 12 conducciones documentadas en los siglos XVIII y XIX, que se terminó en tan solo 58 días, labor que la Cabaña Real de Carreteros quiere difundir con este viaje.   

El quinto centenario de la primera vuelta al mundo se alargará hasta el verano de 2023, por lo que se ha querido que la llegada del mayo a Sanlúcar de Barrameda sea uno de los últimos colofones del aniversario, y se lleve a cabo durante la próxima primavera. El mástil se levantará en un monumento que se va a construir en una plaza de la localidad a través de la Fundación Puerta de América, que eligió para ello a la Cabaña Real para que la vuelta al mundo tenga también un recuerdo de Burgos.