La Arandina hace del sueño una realidad

RODRIGO C. LEÓN / ARANDA
-

Los ribereños dan la campanada y se apuntan otra ronda de la Copa tras doblegar al Cádiz en un Juan Carlos Higuero hasta la bandera. Los goles de Haji y Pesca desataron la locura en el feudo arandino

Explosión de júbilo de jugadores y afición tras el pitido final. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

La Arandina y el sueño de la Copa del Rey escribirá un capítulo más. En una tarde marcada por la lluvia y el corazón, los blanquiazules lograron su pase a la tercera ronda tras doblegar al Cádiz (2-1), y se garantizan el duelo ante un equipo de Supercopa. Los gaditanos igualaron la diana de Haji gracias a un gol de Fede San Emeterio, pero no resultó suficiente para contrarrestar el tanto definitivo de Jorge Pesca a la salida de un libre directo.

El primer aviso blanquiazul llegaría por mérito propio de los nervios visitantes. Un pase sin rumbo de Víctor Chust al guardameta Aznar, pudo poner adelantar a los burgaleses en el primer minuto de no ser por la pierna derecha del arquero y la base del palo derecho. Sin embargo, tres minutos después, el balón sí llegaría a la red. Una jugada originada en la frontal del área del Cádiz llegaría a la botas de Haji, que culminaría el primero de la tarde noche. El hispano gambiano conectó un zurdazo potente y rápido a ras de césped, al que no llegaría la estirada de Aznar. Gol de orgullo, corazón y de envalentonamiento para un Juan Carlos Higuero que tuvo la excusa perfecta para rugir durante los 86 minutos restantes.

El Cádiz, conscuente de la presión lo intentó desde balón parado, llegando incluso a obligar a intervenir a Adri Álvarez en un potente derechazo de Sergi Guardiola. Golpe que la Arandina devolvería por partida doble con dos llegadas de Ayoub hasta la meta de Aznar. En la primera, el guardavallas amarillo adivinaría el disparo cruzado del madrileño, mientras que en la segunda evitaría una asistencia a placer a Kevin Manzano.
Caprichos del fútbol, cuando más cómoda estaba la Arandina, llegó el empate del Cádiz. A raíz de una falta lateral lanzada por Navarro, los visitantes obtuvieron un rechace tras un remate de José Mari que quedó repelido entre Álvarez y el poste. Fede San Emeterio, que estaba en el lugar indicado, aprovechó la carambola para enganchar el rechace y colocar el 1-1 a los 33 minutos. A excepción de un tímido aviso de Haji, el partido se fue al descanso con una Arandina sin complejos ante el poderío físico de un Cádiz, que por momentos estuvo contra las cuerdas.

La vuelta del descanso trajo algo de pegada para los de Sergio, que intimidaron con dos disparos de Navarro y una llegada de Sergi Guardiola. Ataques insípidos que la Arandina se encargó de devolver con una fuerza desmedida. En forma de gol. Corría el minuto 65 cuando Zazu acarició el balón desde la parte izquierda del centro del campo. Una mirada resultó suficiente para que Pesca adivinara las intenciones. El zazuarino colgó el libre directo al punto de penalti, y Jorge Pesca, en el primer palo, peinó el balón lo justo para hacer estallar de alegría a su casa, a su hogar, al Juan Carlos Higuero.

El resto del partido se tradujo con la tónica esperada. La Arandina aferrada al contragolpe en campo propio, y el Cádiz desesperado por el empate. A excepción de un centro lateral que quedó desbaratado entre Deiby y Jaime, los ribereños no sufrieron en exceso. Hasta el punto de rozar el tercero en las botas de Otu y Raly.

Con el pitido final y 2-1 en el luminoso, el agua de la lluvia del Juan Carlos Higuero, se transformó en lágrimas. Lágrimas de emoción, abrazos, cánticos... Aranda se apunta otra ronda y seguirá soñando. El fútbol le devuelve una de esas muchas que alguna vez le quitó, y el martes conocerá su próximo rival: Real Madrid, Osasuna, FC Barcelona o Atlético de Madrid.

(Amplio reportaje gráfico y la opinión de los protagonistas, en la edición impresa de este viernes de Diario de Burgos o aquí)