Ramos en Barcelona

Diego Izco (SPC)
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El central, mito de los clásicos, vuelve a visitar a su 'enemigo favorito', ahora con la camiseta del Sevilla

Ramos en Barcelona - Foto: RAUL CARO

Sergio Ramos, a sus 37 años, tiene todo ganado, todo jugado y nada por demostrar. Pero el fútbol sigue susurrándole al oído, y por eso se está regalando un retiro activo en el equipo que le vio debutar en la élite, el Sevilla, para ir recogiendo premios como el de esta noche: un regreso a Barcelona. No será al Camp Nou, pero sí a casa de su 'gran enemigo', el Barça. 

El camero es una institución de nuestro fútbol en general, de los clásicos en particular: después de Busquets (48 Barça-Madrid disputados), Ramos ocupa el segundo peldaño (45) junto al que fue su compañero en el PSG, Leo Messi. Pero aunque hoy regrese de blanco, ya no será con el escudo del Real Madrid, sino con el mismo de hace 19 años, la primera vez que visitó a los azulgranas. Fue un 11 de septiembre de 2004, el año en que Joaquín Caparrós decidió, con acierto, que tenía un central de época en la cantera. Ramos se estaba asentando en la élite: apenas había jugado ocho partidos en Primera División cuando se midió a Barça en la Ciudad Condal por vez primera. Ese día, con Javi Navarro a su lado en el eje de la zaga y en aquel Sevilla de los Alves, Renato, Baptista, Navas y compañía, Sergio Ramos arrancó su historia de amor-odio con el Camp Nou. 

Malos recuerdos

El 2-0 de su debut en Barcelona marcó la línea de lo que le esperaría durante los siguientes tres lustros: más decepciones que alegrías… y siempre un delantero enorme al que hacer frente. Fue Henrik Larsson, autor del 2-0 (su primer gol como atacante azulgrana), el primer 'nueve' de una larga lista de locales de época: su 'archienemigo' Messi, Eto'o, Ibrahimovic, Villa, Luis Suárez, Neymar… 

De todas las malas experiencias, la peor fue la de la temporada 10/11, el día del 5-0. Era la época de los enfrentamientos más amargos entre Madrid y Barcelona, con Mourinho dirigiendo las operaciones frente a Guardiola. Con la goleada ya decidida, y Messi cabalgando en una contra hacia el sexto, Ramos propinó una durísima patada por detrás al argentino: fue expulsado y la acción provocó una tangana monumental en la que el central blanco empujó y tocó la cara de Puyol y Xavi camino de los vestuarios. 

No le fueron a la zaga otros recuerdos nefastos como el 5-1 ('hat-trick' de Luis Suárez, que lo destrozó) en la 18/19, la expulsión de la 15/16 en el minuto 82 y con 1-1 (que Cristiano Ronaldo alivió con un tanto en el 85) o, por otros motivos, la vuelta de semifinales de la Liga de Campeones de la 10/11 (1-1, con el Barça aprovechando el 0-2 de la ida) que vivió en el Camp Nou… como nervioso espectador: vio una amarilla en el primer partido, lo que acarreaba suspensión. 

Buenos recuerdos

En tantos años, Ramos también ha vivido momentos satisfactorios en Barcelona. El primero, un 3-3 (temporada 06/07): aunque Messi hiciera un 'hat-trick', aunque Van Nistelrooy marcase dos, el central no olvidará su primer tanto en el Camp Nou: un cabezazo, a saque de falta de Guti, burlando la marca de Puyol y batiendo a Valdés. 

En la lista aparece el clásico de la 16/17, en la que el Barça ya cantaba victoria cuando Ramos, en su zona favorita (minuto 89), aprovechó un servicio de Modric para volver a marcar en la Ciudad Condal. O el sello de la 20/21, el tercer gol del 1-3 (de penalti) que iba a suponer su última visita al Camp Nou con la camiseta del Real Madrid. La mejor forma de irse… parece regresar esta noche, ya sin las tensiones ni las exigencias propias de un clásico, y reclamar su condición de mito en vida en el mejor escenario posible. Aunque, por exigencias del guion, ahora sea en Montjuic.