Con la llegada de la primavera y el buen tiempo los parques y las zonas de ocio infantiles de la ciudad vuelven a cobrar vida. Este año con más ganas que nunca por parte de los más pequeños, que ilusionados trepan, se balancean y corren en las cinco nuevas instalaciones elegidas por su alta demanda en la Magdalena, el paseo de la Epitafia, la zona central y la de la avenida Mencía de Velasco de la Florida y la urbanización El Limón. La inclusividad en los espacios de juego se ha tenido en cuenta y todas las áreas renovadas también se han acondicionado con columpios y juegos adaptados para que los niños y niñas con discapacidad puedan utilizarlos.
Durante los tres meses que han durado las actuaciones, las cuatro empresas adjudicadas para mejorar el estado de las áreas -Bricante España, Richana, Decorex Pavimentos y Play 360 Equipamientos Urbanos- han retirado el mobiliario existente en mal estado, instalado un nuevo solado de pavimento continuo con amortiguación según altura de caída en las zonas de seguridad y reparado las bases necesarias. Todo ello por un importe global de 119.676 euros, de los que el 75% ha financiado la Junta. El alcalde de la ciudad, Álvaro Morales, confirma su satisfacción con los resultados y manifiesta que «para nosotros es muy importante que todos los niños disfruten de infraestructuras como estas y ninguno de ellos se sienta excluido».
Además del parque del Limón -que dispone de un columpio que cuenta con un arnés de protección y un exclusivo cierre de seguridad- todas las nuevas áreas infantiles disponen de uno o varios juegos adaptados para menores con capacidades diferentes como pictogramas o elementos de estimulación sensorial mediante el tacto. En este sentido, el objetivo buscaba diseñar espacios que fomenten la igualdad de oportunidades también entre los más pequeños desde el respeto, la tolerancia y la diversidad.
Atrás quedan las críticas y el descontento generalizado por el «escaso mantenimiento y falta de limpieza» que denunciaban los padres y madres que acudían a los parques con sus hijos, a los cuales «no podemos quitar el ojo de encima ni un segundo porque el área está plagada de peligros, como maderas astilladas, colillas de cigarros, cáscaras de pipa o alambres sueltos», comentaba en su día María Jesús.
Carlos y Julia observan ahora a sus pequeños, que han estrenado una pequeña área de escalada ubicada en la Florida, y declaran que «da gusto ver el parque tan cuidado con columpios nuevos». Si bien, no dejan pasar la oportunidad de recriminar a los artistas callejeros de la localidad las firman que plasman en cualquier rincón y piden que «dejen de ensuciar y afear Briviesca. Ha faltado tiempo para que pinten en los columpios y me atrevería a decir que se han colado por la valla que ha impedido que se utilizaran hasta ayer», añaden.
Las dos nuevas mesas de ping-pong ubicadas junto a la cancha de baloncesto en el mismo parque tampoco se han librado de las fechorías de los vándalos. «Por el momento aguanta la pieza que separa cada campo, esperemos que dure», comenta Gabriel mientras analiza las pintadas negras y verdes que cubren buena parte del tablero. Morales ruega civismo y recuerda que entre todos se puede mantener una «ciudad bien cuidada y atractiva».