Rajoy carga contra Sánchez, al que acusa de ser «títere» de Podemos

AGENCIAS
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El presidente proclama que el PP representa estabilidad y certidumbre, y desprestigia a los socialistas por convertirse en «portamaletas y compañeros de viaje» del partido de Iglesias

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cargó ayer duramente contra el PSOE, al que acusó de ser «títere de los radicales», así como de «traicionar su herencia de centralidad» para convertirse en «compañero de viaje, cuando no portamaletas» de Podemos. A pocos meses de la convocatoria de las elecciones generales, recalcó que su partido representa la «estabilidad y la certidumbre». 
En la clausura de la XII edición del campus FAES junto al expresidente del Ejecutivo José María Aznar, el jefe del Ejecutivo destacó que la actuación del líder socialista, Pedro Sánchez, tras los comicios de mayo evidencia que se ha «conjurado» para «poner un nuevo cordón sectario» en torno al PP y situar en las instituciones a los que pretenden «acabar con el sistema constitucional». A su entender, ése es el «respeto» que «merece» la voluntad popular al PSOE, cuyos actuales dirigentes actúan con «irresponsabilidad» y «frivolidad». «Que no se engañe nadie, lo que hemos visto en autonómicas y municipales es el anuncio de lo que ocurrirá si el PP no obtiene una victoria clara y suficiente. Y por eso nuestra obligación es presentar los mejores equipos y programas posibles que puedan concitar el mayor número de apoyos entre nuestros compatriotas», manifestó con decisión.
El mandatario popular alertó contra los «movimientos populistas y radicales de todo signo «que se dedican a aprovechar los «malos momentos y el dolor de la gente» para ir contra lo que hemos hecho juntos. «Prometen el cielo en la tierra y terminan empedrando el camino hacia la pobreza. Incendian las tertulias y las redes sociales con descalificaciones a la política y las instituciones, para acabar en el más ramplón ‘quítate tú para ponerme yo’», denunció. 
Es más, resaltó que esos partidos, sin mención explícita a Podemos, «admiran el régimen de Venezuela» y subrayó que «por fortuna» la inmensa mayoría de los españoles no está por «sembrar discordias» ni por «romper» lo que siempre ha unido a los españoles. 
 
La tranquilidad. En esta tesitura, y ante aquellas formaciones que se llaman del cambio, el dirigente gallego situó al PP como el grupo del cambio y el partido que representa la «estabilidad y la certidumbre» que necesita el país. Y afirmó que ahora tiene «más ilusión» que cuando pegaba carteles del PP y ganó en 1996 las elecciones y Aznar le hizo ministro. En este punto, dijo «coincidir» con el presidente de FAES en que si hace las «cosas bien, no nos equivocamos y somos capaces» de mantener la estabilidad, España puede tener un progreso que dure muchos años. «Quiero dar un portazo a la crisis definitivo», remarcó.
También, destacó que el PP concurrirá a las elecciones con el objetivo de «ganar y trabajar con ahínco para merecer la confianza de una mayoría de ciudadanos».  Además, hizo un repaso de sus reformas y quiso aprovechar para decir a aquellos que no perciben «cambios en su partido», que mantengan la «esperanza» porque ha fijado «la hoja de ruta que conduce al bienestar». 
Rajoy clausuró el Campus junto al expresidente Aznar, quien deseó «mucho éxito» al líder del PP en las generales y subrayó que una victoria del partido confirmará que los españoles han percibido «las buenas decisiones» adoptadas y los «riesgos» a los que se enfrenta España. 
Ambos optaron por un tono conciliador a pesar de que hace una semana, Aznar pidió al PP una rectificación «enérgica, creíble y suficiente» y le urgió a recuperar el «ADN del partido», la unidad interna y el centro derecha para ganar las generales.