La fibra óptica vuelve a afear las fachadas del Dos de Mayo

GUILLERMO ARCE / Burgos
-

La instalación del cableado en esta barriada se produce tras haber desembolsado cada vecino cerca de 20.000 euros en la mejora exterior y embellecimiento de los inmuebles, proyecto que incluía canalizaciones internas para ocultar la red

Algunas fachadas recién restauradas han sido ocupadas por las conexiones de la fibra óptica. - Foto: Luis López Araico

El vecindario del Dos de Mayo, la antigua Barriada Militar, ha mostrado públicamente su hartazgo por la actuación de las compañías de telecomunicaciones y, muy especialmente, por la «permisividad» del Ayuntamiento de Burgos ante la forma de actuar «con total impunidad» de los operadores a la hora de instalar el cableado de la fibra óptica. Las fachadas recién restauradas de esta zona residencial, que integran a 243 viviendas, vuelven a estar ocupadas por cajas de conexión y cables pese a haber dotado a la mayor parte de los edificios de canalizaciones internas para ocultar las telecomunicaciones.  

El hartazgo vecinal, expresado en quejas escritas a la compañía instaladora, Orange, y al Ayuntamiento de Burgos, obedece a que no solo estas comunidades pagaron el soterramiento del cableado eléctrico y de telecomunicaciones, sino que hay vecinos que han desembolsado hasta 20.000 euros por vivienda para aislar térmicamente las fachadas, dotarlas de una canalización interna para el cableado, pintarlas y embellecerlas.

Por contra, denuncia José Luis Cumplido, representante de una de las comunidades afectadas, la de los números 14, 15 y 16 de la Barriada, se han colocado sobre las fachadas «sin nuestra autorización» las cajas de conexión con sus consiguientes cables y la compañía encargada de la tarea ha dejado, además, los antiguos cables telefónicos que surcan las fachadas y unen los diferentes edificios en altura arguyendo «que no sabemos si aún tienen servicio...».

«Las mejoras acometidas incluían la canalización y el soterramiento de los cables de telefonía, incluidos los antiguos, de manera que todo discurriese por el interior del edificio. Pero, sin previo aviso, han colocado en nuestras fachadas un artefacto de Orange...». 

Esta queja consta en un correo electrónico remitido a la operadora implicada y al Ayuntamiento, al que se recuerda que la normativa municipal no permite el cableado de las fachadas «y menos estando previstas las canalizaciones». Entienden los vecinos de Dos de Mayo que no se debían permitir este tipo de instalaciones. 

El escrito, confirma Cumplido,  se envió el primer día de julio y aún no ha habido respuesta ninguna por parte de los apelados. La problemática, recuerda este vecino, no es nueva y es extensible a varias zonas residenciales de la ciudad, especialmente su centro histórico.

El acuerdo que se alcanzó con el Ayuntamiento cuando esta barriada, construida en los años 40, dejó de depender de las Fuerzas Armadas (en el año 2000) incluyó el soterramiento de todo el cableado de la zona. En su día, los vecinos abonaron 12.000 euros por eliminar  los cables eléctricos de la plaza Dos de Mayo con la idea de hacer lo mismo con los de las telecomunicaciones.  Se aprovecharon las ayudas públicas para el aislamiento de fachadas para ocultar el cableado antiguo de la mayoría de los bloques de la barriada y canalizar la fibra óptica.

«Empezamos a pelear en 2018 con las compañías telefónicas para meter los cables y aquí seguimos. Advertimos de los continuos retrasos al Ayuntamiento sin éxito y ahora nos aseguran que las instalaciones de fibra óptica se han acometido sin su permiso», se lamenta el presidente de la comunidad vecinal. 

Despliegue. Telefónica, la principal operadora de telefonía, dio por concluido su despliegue de fibra óptica en la ciudad el pasado mes de junio. Este proyecto ha sufrido numerosos restrasos por las limitaciones de la normativa municipal al cableado de fachadas, tema especialmente sensible en el casco histórico. 

También se ha encontrado con la negativa de algunas comunidades vecinales y, como reconoció la compañía, con la intervención previa de otras operadoras que han actuado sin contar con los oportunos permisos municipales.