Si alguien sabe cómo optimizar el espacio, cómo sacar partido a cada metro cuadrado, esos son los responsables de las asociaciones sociosanitarias de la provincia; entidades que han hecho de la necesidad virtud para prestar una asistencia a la que el Estado del bienestar español no había hecho hueco antes.
Burgos dispone de numerosos ejemplos de ejemplos de lo que la voluntad y el esfuerzo de personas anónimas pueden conseguir por el bien de la sociedad en su conjunto, pero no se puede omitir que cada paso hacia delante va acompañado de años de trabajo, sinsabores y quebraderos de cabeza en busca de apoyos. Y no siempre económicos, porque hay otros recursos que ayudan tanto como el dinero.
El espacio es uno de ellos y, de hecho, en los últimos años han sido numerosas las asociaciones que han llamado a la puerta de las Administraciones para ganar metros. Cada una de las entidades sociosanitarias de Burgos tiene una historia de superación de carrera de obstáculos en este sentido, de la que los últimos exponentes son APACE o Párkinson Burgos, que acaba de cumplir cinco años en su nueva sede, en una ubicación privilegiada dentro del recinto del antiguo Hospital Militar.
Un emplazamiento en el que también ha puesto los ojos la junta directiva de la Asociación de familiares y afectados de personas con esclerosis múltiple (Afaem), de momento sin éxito, a pesar del importante aumento de usuarios que registran sus instalaciones, en el centro sociosanitario Graciliano Urbaneja. Desconocido para muchos, este bloque municipal levantado entre el Militar y el Centro de Enfermedades Raras (CREER) es el primer paso para la consolidación de proyectos sociosanitarios que enseguida se revelan como indispensables.
Este último es el caso de la Asociación de Esclerosis Lateral Amiotrófica de Castilla y León (ELACyL), que tras un breve paso por el Graciliano, esta semana se emancipa: inaugura nueva sede en un local de su propiedad en Parralillos, frente a la facultad de Económicas y a pie de calle. «Podremos prestar una atención más personalizada, ganamos un almacén para el material ortoprotésico que prestamos y espacio para talleres y actividades, tanto para afectados como para cuidadores», dicen desde su junta directiva.
ELACyL sube este peldaño cuatro años y medio después de su fundación, lo cual es muy infrecuente. De ello da fe la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (ALCER) que, con 43 años de historia a las espaldas, este miércoles ha abierto su nueva sede, la segunda, en la Inmaculada. «Podremos crecer», avanzan en este reportaje.
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