Editorial

Los ajustados márgenes de las encuestas anticipan una campaña de alta tensión

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La importancia que los grandes partidos otorgan a las elecciones del próximo 28 de mayo va quedando de manifiesto en la constante actualización de las estrategias sobre las que trabajan desde hace meses los equipos de las principales fuerzas. Si no casi cada semana, lo cierto es que cada vez con menor espacio temporal se perciben de manera clara cambios de discurso en función, se supone, de las encuestas que se difunden y que, bien por encargo de las propias organizaciones o por grupos editoriales, proliferan en la antesala de esta cita electoral con resultados muy ajustados. 

La mejor prueba de estos ajustes estratégicos, más allá del torrente de promesas que aún está por llegar y al que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se apuntó sin pudor el domingo en Valencia al anunciar el uso para alquiler barato de las viviendas de la Sareb, se observa también en el PP de Alberto Núñez Feijóo: tras constatar en los sondeos la igualdad con la que se llega a las semanas decisivas, con una victoria de su partido que podría no ser en número de votos tan amplia como la soñada hace algunos meses, ya advierte de un recuento de infarto en la tarde-noche electoral.

Las publicadas ayer en distintos medios de España relativas a Aragón, Castilla-La Mancha o Valencia confirman la tendencia de lo visto en los dos meses anteriores, con excepciones en Madrid y Murcia, principalmente, donde el PP tiene prácticamente asegurada una considerable ventaja, con registros de mayoría absoluta en el caso de la madrileña Isabel Díaz Ayuso, que al mismo tiempo denota errores graves de gestión del PSOE en estas comunidades. En el resto, que gobierne el bloque de izquierda o de derecha se va a jugar a priori en márgenes de uno o, como mucho, dos escaños en casi todos los parlamentos y corporaciones locales. Y lo mismo pude ocurrir en muchas capitales. Este escenario tan ajustado exige a Núñez Feijóo diseñar un calendario de 40 días mucho más intensos de lo previsto y multiplicar su presencia en pueblos y ciudades. De hecho, el líder de la oposición se juega el 28 de mayo llegar a las elecciones generales de final de año como el candidato con más opciones de salir investido presidente del Gobierno o como aspirante frente a un Sánchez que saldrá reforzado de cara a los comicios de diciembre si el popular no le saca la mayor diferencia posible en mayo.

El PP cuenta para la estrategia de multiplicar la participación de Feijóo con la ventaja de que su líder puede participar en la caravana electoral del partido en cualquier lugar de España, a diferencia de Pedro Sánchez, cuya presencia en algunos territorios se considera perjudicial por parte de sus propios dirigentes territoriales. Ahora bien, como demostró en Valencia, el presidente tiene el Gobierno de España y todas las posibilidades que ello conlleva.