El día del buitre negro en la mano

J.F.M.
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Grefa abre una recaudación de fondos para sufragar una jornada de concienciación en Huerta de Arriba

Una veterinaria de Grefa durante un chequeo veterinario al pollo de buitre negro N1. - Foto: Grefa

El buitre negro ya se deja ver por el ecosistema de la Sierra de la Demanda. Voló lejos de la provincia hace más de 60 años, pero en 2017 el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (Grefa) comenzó su repoblación y, desde entonces, Huerta de Arriba ha reservado cada año un día en su honor. La asociación quiere retomarlo pero la falta de subvenciones y financiación externa le han motivado a pedir donaciones para esa celebración, el 2 de septiembre, con un programa que incluye visitas a un punto de alimentación de buitre negro, talleres, actividades infantiles, charlas, exposición de fotografías, paellada popular y concierto.

«Gracias a estas actividades podemos concienciar a las población de la importancia que tienen los buitres negros, que muchas veces son percibidos como una amenaza, cuando realmente son muy beneficiosos», comenta Davide Montanari, técnico italiano que está actualmente al frente de este proyecto medioambiental en la Demanda. El activista explica como los carroñeros eliminan los restos de animales, que pueden facilitar la transmisión de enfermedades y afectar gravemente a la ganadería.

Por el momento la asociación ha recaudado solo 250 euros de los 6.000 que se han fijado como objetivo. Entre las 'recompensas', Grefa ofrece una visita de dos horas, donde se podrá observar a corta distancia y desde un escondite a buitres negros, buitres leonados, y, a veces, alimoches. A partir de los 100 euros el donante podrá asignarle un nombre a una de las aves. Las aportaciones se pueden realizar en este enlace de la web Gofundme.

El rescate. Muchos de los buitres negros liberados en los últimos años por Grefa en la Sierra de la Demanda frecuentan el cercano Parque Natural Sabinares del Arlanza-La Yecla. Allí nació un pequeño pollo con una anomalía en el ojo llamado N1. Agentes medioambientales lo bajaron del nido para que pudiera ser examinado. Los veterinarios le detectaron una infección severa en el ojo izquierdo, aunque su estado general era bueno. Tras sanarlo, fue devuelto al nido. Los siguientes días todo parecía ir bien entre los progenitores y su retoño. Sin embargo, los voluntarios se dieron cuenta de que el pequeño se había caído del nido. Los activistas le derivaron al Centro de Recuperación de Animales Silvestres de Valladolid (CRAS), donde  fue operado del ojo e inició su recuperación.

El pollo de buitre negro N1 no es el único que ha necesitado la ayuda de Grefa. La pareja de buitres formada por Bruma y Abelardo volaba de forma inusual sobre el nido de su hijo, N7. Al detectar esos movimientos, los voluntarios decidieron acercarse al lugar y, tal y como sospechaban, comprobaron que  el pollo se había caído del nido. Rápidamente fue devuelto a su cuna, aunque a los pocos días N7 volvió a caer y acabó también en el CRAS.

El último de los rescates tuvo como objetivo a N4. Detectaron que ni el pequeño ni sus progenitores, Áramol y Dehesilla, se encontraban en el nido de Huerta de Arriba. Cuando el equipo de rescate fue a buscarlo, lo localizó a pie del árbol aún vivo, con rotura del cúbito y el radio, de la que fue operado.