Ucrania se incorporó el pasado año al listado de mercados a los que Burgos exporta habitualmente armamento y lo hizo, respondiendo a las necesidades de un país en pleno conflicto bélico con Rusia, con fuerza. En 2022, según consta en los registros del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, compró por primera vez munición fabricada en Burgos por valor de 5,5 millones de euros, operación que cuenta con la oportuna autorización de la Junta Interministerial Reguladora del Comercio Exterior de Material de Defensa y Doble Uso (Jimddu), y que capitaliza el grueso de las ventas a este país.
Las exportaciones nacionales de munición autorizadas y realizadas durante el pasado año a la zona de conflicto alcanzaron los 24,1 millones de euros, la mayor parte de esta cantidad repartida entre industrias armamentísticas radicadas en las provincias de Madrid (11,9 millones exportados), Burgos, Cádiz (5,2 millones) y Álava (1,1 millones).
De la provincia salieron un total de 280 toneladas, según consta en los registros oficiales, cantidad que previsiblemente irá en aumento a lo largo de 2023 pues la demanda de armamento por parte de Ucrania es muy intensa en un conflicto estancado y de fuerte desgaste entre los contendientes tras un año de hostilidades.
La ventas al país que preside Volodímir Zelenski se han centrado principalmente (y casi en exclusiva) en proyectiles y granadas para artillería y para morteros. Concretamente, se están enviando proyectiles de artillería de 155 milímetros, bombas, armas de hasta 20 milímetros, además de cascos y diversos materiales de blindajes.
Expal System, la fábrica armas de Burgos, en proceso de adquisición por parte del gigante alemán Rheinmetall (fabricante de los carros de combate Leopard), es el único en la provincia y uno de los principales centros productivos nacionales especializados en la fabricación de munición.
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