Un museo forjado a fuego en Quintanilla del Coco

B.A. / Quintanilla del Coco
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Parte de los árboles calcinados en la localidad burgalesa se convertirán en arte al aire libre tras ser intervenidos por artistas. Este sábado, en la jornada 'Los campos quemados se visten', los vecinos homenajearán a quienes les ayudaron

María Chillida tiñó de azules, morados y amarillos las ramas y tronco de uno de los árboles calcinados en Quintanilla del Coco. - Foto: Luis López Araico

El color insufla vida, alegría, optimismo y esperanza, también ayuda a dejar atrás el duelo, pasar página y de alguna forma renacer. Colores y telas abrazan desde hace unos días algunos de los árboles que ardieron hace un año en Quintanilla del Coco, unos troncos negros, casi fantasmagóricos, que este sábado seguirán recibiendo la creatividad de artistas de diferentes disciplinas que lo convertirán en un museo al aire libre y permanente. «Es una forma de quitar el luto a lo que pasó con el incendio», relata Eva Alonso, de la Asociación Cultural El Robledal, que junto con el Ayuntamiento de la localidad ha organizado para este sábado la jornada 'Los campos quemados se visten' con el fin de agradecer y homenajear a todas las personas y entidades que se volcaron en las labores de extinción.

Entre las actividades programadas, la que más perdurará en el tiempo es esa huella artística en un grupo de sabinas a la orilla del camino que conduce a la ermita de la Virgen de las Navas, en una parcela que ha cedido el Ayuntamiento. Entre esos árboles, que todavía sangran negro si los rozas, destaca uno cuyo tronco y ramas están tintadas de morados, azules y amarillos. Lo firma María Chillida, hija del escultor Eduardo Chillida y una de las creadoras que han adelantado su trabajo ya en este espacio. 

Un lugar «con muchas posibilidades» y que aún encoge el corazón, como reconoce María José Castaño, que con su intervención Resurgir quiere expresar y evocar ese renacimiento desde las cenizas. «El fuego ha quemado los árboles, pero la vida quiere resurgir en el color-luz plasmado en los treinta metros de tela negra que he pintado y frotado, envolviendo al árbol y desplegándose en un recorrido de huella-cascada, que transforma el medio», comenta la autora sobre su obra ya terminada. Esa tela negra, en su tramo final, está cosida a otra tela vivida revestida de textura y color de otra experiencia anterior: Lemniscata, el camino del agua y que marca y simboliza el recorrido hacia la vida, la senda del agua. «La tela termina y cae, justo, por donde pasa el arroyo, ahora seco, pero que resurgirá», añade. 

Del hueco de otro de los árboles asoma un rostro que se mimetiza con el negruzco del tronco pasando casi desapercibido, consiguiendo lo que su autor, el también burgalés Simón de Castro pretendía, que no destacase con el entorno. «A través de esa cara he intentado humanizar lo que ha pasado. Es como una especie de alma de ese árbol con la que busco que el espectador se identifique con él», relata el artista, cuya intención es que el público al verlo pueda tomar conciencia sobre él mismo y sobre lo que está sucediendo. 

También ha pasado ya por este espacio para vestirlo con arte Salomón Chaves Badilla, un reconocido creador de Costa Rica que ha colaborado para «llevar un mensaje de vida, resilencia e intercambio humano a este bello pueblo y entrañable gente», reconoce en sus redes junto a una publicación con la foto de su trabajo, donde entre pintura más clara destacan perfiles de personas y manos, como si fueran sombras. Igualmente, han dejado su impronta alumnos de la Escuela de Arte Superior de Diseño de Burgos, usando, entre otros materiales, telas de los uniformes de los voluntarios del incendio, o el artista serrano Humberto Abad. 

Este bosque vestido de arte seguirá creciente con las actuaciones de otros reconocidos artistas, como la escultora madrileña Ana Sánchez. Durante este sábado, las intervenciones artísticas continuarán y a las 17 horas se llevará a cabo la primera visita, en la que habrá cerca de 25 árboles vestidos. «La idea es que los trabajos vayan más allá de esta fecha. Ya tenemos a artistas interesados en participar, pero lo harán más adelante, cuando puedan», relata Eva Alonso, que destaca la generosidad y labor altruista de los creadores.   

Junto a cada una de las obras, en una estaca de madera, se ha colocado una placa con un código QR que muestra el autor de la pieza, el nombre de la intervención y una breve descripción de la misma. También, como explica Fernando Mayoral, han decidido que uno de esos árboles sea el de los deseos, «como los que existen en otras muchas culturas». En él, los asistentes podrán anudar una cinta de color en la que previamente hayan escrito sus anhelos. El sumiller, junto con su colega Diego González, campeón de España, ofrecerá bajo este árbol una cata de vino durante esa primera visita. 

El Ayuntamiento de Quintanilla del Coco y la Asociación Cultural viven este primer aniversario envueltos en un ambiente de agradecimiento. «No celebramos nada, sólo queremos dar las gracias a los que nos ayudaron y rendirles un homenaje. Teníamos esa deuda pendiente con los que se volcaron con nosotros», relata Begoña López, vicepresidenta de la asociación. Por eso, otro de los actos centrales de este sábado será el de la entrega de 59 placas diseñadas por Félix Yáñez a representantes de 40 municipios, organismos, fuerzas de seguridad, agricultores y ganaderos que usaron su maquinaria para frenar las llamas o equipos de extinción profesionales y voluntarios, entre otros. Junto a la placa se les dará el símbolo de un árbol numerado y que les otorgará el derecho a plantar una sabina en próximas jornadas de reforestación. 

Jugarse la vida. Algunas de las personas distinguidas, junto con vecinos de Quintanilla, Santo Domingo de Silos y Santibáñez del Val disputarán un partido de campos quemados por la mañana. «Se jugaron la vida por nosotros y ahora queremos que jueguen aquí de otra manera, que se diviertan», explica Eva Alonso. Una iniciativa a la que se sumarán, como muestra de solidaridad, vecinos de otros pueblos a la misma hora. 

Quintanilla del Coco está preparada pera recibir mañana la visita de aquellos que se quieran sumar a esta jornada de agradecimiento, en la que también habrá un taller de arte y naturaleza, juegos y talleres dedicados a los más pequeños, una charla sobre prevención ambiental y dos actuaciones musicales: a las 18 horas Vanesa Muela y a las 20 Sioqué. «A la comida asistirán 400 personas. Hemos tenido que cerrar la lista porque no podíamos gestionar más comensales», explica Begoña López, que añade que habrá food truck y puesto de helados para ofrecer comida a aquellos que lleguen. 

Por otro lado, las imágenes ganadoras y participantes en el I Concurso de Fotografía Árboles de Ceniza podrán verse a lo largo de un mes, desde el 28 de julio, en la Hospedería Convento de San Francisco, en Santo Domingo de Silos.

ACTIVIDADES

Mañana, en Quintanilla del Coco. A las 10.30 los artistas comenzarán a vestir los árboles; a las 11 arrancará el taller de cianopia con Raquel Arnaiz en las eras; desde las 11 juegos para los más pequeños, tanto tradicionales como deportivos o pintado de piedras; a las 11.30 se disputará un partido de campos quemados; a las 12 horas se celebrará una charla sobre prevención de incendios; a las 13 se rendirá el homenaje a voluntarios e instituciones; a las 15 se degustrá una caldereta popular; a las 17 se visitará el museo de arte al aire libre con cata de vino; a las 18 actuará Vanesa Muela y a las 20 Sioqué. 

Lunes 24, en Santibáñez del Val. A las 9 horas está previsto que llegue la Cabaña Real de Carreteros; a las 13.30 misa de agradecimiento; a las 18 celebración del foro sobre la recuperación de los montes de Arlanza; de 17 a 21 photocall en la plazuela; y a las 21.30 espectáculo de danza.  

Martes 25, en Santibáñez del Val. A las 9, inicio de la ruta Cuando el sabinar te inspira a caminar; a las 14 horas entrega de premios del concurso de rutas; a las 14.30, comida de ajo carretero; y a las 18 exhibición de corta y deportes rurales.