Triunfador, Morante de La Puebla. Mejor Faena, Joselito Adame. Estocada, Juan Ortega. Rejoneador, Leonardo. Ganadería, Antonio Bañuelos. Mejor Toro, Malahierba. Los premios de nuestra Feria Taurina ya tienen nombre. Se han hecho públicos esta semana. La misma fecha, casualidad o no, que ha elegido la Agencia Tributaria de la señora Montero, doña María Jesús, a la sazón ministra de Hacienda a tiempo parcial, para sacar a la luz otros premios. La lista pública de deudores tributarios del Reino de España. Diez galardones taurinos en Burgos. Siete mil treinta y siete menciones especiales en el registro de Madrid. Malahierba, aquí, quinientos veinte kilos de belleza cuatreña, castaña, y listón, del señor Bañuelos, don Antonio; frente a Paz Vega, allá, propietaria de tres millones de deuda, y peor pagadora de todas las personas del mundo de la cultura. Joselito Adame, aquí, quitando por zapopinas al segundo de su lote; versus Sergi Arola, allá, explicando a los contribuyentes que dos estrellas Michelín no siempre dan para pagar los impuestos. Así que, no se ustedes, pero yo no he podido evitar imaginar lo que sucedería si se invirtiesen los roles. Ya saben. Como en esas películas en las que las hijas amanecen un día siendo madres; o los novios se ven obligadas a pasar unos días en el cuerpo de sus novias.

Qué pasaría si la Agencia Tributaria optase por publicar la lista de los buenos contribuyentes, en vez de la de los malos. Qué, si el mundo del toro se decidiese a cambiar sus premios por castigos. El experimento me divierte. Pura distopía. Imaginen que la ministra saca un listado de buenos pagadores en el que el rey emérito no está empatado en el primer lugar con el rey Felipe VI. Supongan que Tauroemoción se decide a sacar a la luz su lista de castigos de la feria burgalesa dos mil veintidós. Peor faena, El Juli. Pura desidia. Peor tarde de cumpleaños, El Cordobés. No se comió ni su tarta. Peor toro, Infusionado. El cuarto de la mejor ganadería de la Feria. Peor estocada, el sablazo Bajo de Morenito a su primero. Peor espectáculo en callejón, la arrogancia de Vox en burladero. Y, accésit especial, ahí voy yo, peor columna periodística de la Feria. Seguro que no se figuran otra que la mía.