El HUBU cierra semestre con 4.500 urgencias menos que precovid

GADEA G. UBIERNA / Burgos
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A finales de junio había atendido a 64.122 personas con una media mensual estabilizada tras la covid

Tres de cada cuatro pacientes tienen médico de familia en Burgos capital. - Foto: Alberto Rodrigo

Dos meses y medio después del final oficial de la pandemia por coronavirus, la presión asistencial en el servicio de Urgencias del HUBU sigue por debajo de lo que se consideraba habitual hasta la explosión de la emergencia sanitaria. En concreto, hay 4.500 consultas de diferencia entre el balance del primer semestre de 2019 y el de este año, ya que se ha pasado de los 68.613 pacientes atendidos entonces a los 64.122 tratados entre los pasados enero y junio. 

Habrá que esperar al final de año para saber si se ha producido un cambio de tendencia en el uso que los pacientes hacen de las urgencias hospitalarias -algo que los urgenciólogos reclamaban cada vez con más ahínco-, o si se trata de algo coyuntural y vinculado a otros factores. Entre ellos, la reactivación completa de la actividad en los centros de salud tras los tres años de crisis sanitaria o, también, el cambio de ubicación del servicio de urgencias de Primaria (el Punto de Atención Continuada, PAC) de San Agustín al Divino Valles, con la consiguiente mejora de los accesos y de las instalaciones. 

En las Urgencias del HUBU registraron aumentos consecutivos de pacientes desde 2012 hasta 2020, con una media de casi tres mil consultas más al año y, al mismo tiempo, un descenso del porcentaje de casos cuya gravedad requería un ingreso: entre el 11% y el 13%, según datos oficiales.

La irrupción del coronavirus SARS-CoV-2 en marzo de 2020 y los meses de confinamiento estricto, así como el miedo a un posible contagio en el hospital, provocaron una caída de más del 30% en el número de pacientes atendidos en el servicio aquel primer año de crisis. Y, a la vez, un alza de las visitas por patología grave (más del 16% se ingresó). La lectura era clara: la pandemia ahuyentó toda esa patología banal que, hasta entonces, era frecuente en el servicio.

En los siguientes dos años de emergencia, 2021 y 2022, se perdió el miedo a acudir a los centros sanitarios y se registró un cierto incremento del número de urgencias, sobre todo de pacientes con médico de cabecera en la capital, pero sin llegar a las cifras de 2019. Techo que, de momento, sigue sin alcanzarse una vez que la pandemia se da por finalizada.

La media mensual de consultas en las Urgencias del HUBU se ha estabilizado este año por debajo de las 11.000 (cifra que solo se rebasó en marzo) y la diaria está en 354 personas, siempre según datos oficiales de la Consejería de Sanidad. Es decir, que cada día del primer semestre pasaron unas 25 personas menos de las que lo hacían en el mismo período del 2019, que se utiliza como referencia para esta información porque es el más comparable con la situación actual. Los tres de pandemia, como ya se ha indicado, no son representativos.

El 75%, de la ciudad. En lo que tampoco ha habido diferencias en este primer semestre con respecto a lo vivido en el período de pandemia es en que tres de cada cuatro urgencias atendidas en el HUBUlas demandaron pacientes con médico de cabecera en la capital. 

En cifras concretas, y siempre según datos oficiales, de los 64.122 pacientes vistos el pasado semestre en el servicio, 48.076 tenían tarjeta en centros de salud de la capital. Algo que indica que, a pesar del incipiente cambio de tendencia en la demanda, se sigue abusando de las urgencias hospitalarias: no son un centro de salud.