La localidad burgalesa de Castrillo de Murcia ha celebrado hoy su tradicional procesión de la celebración del Colacho, en la que este personaje burlesco, que encarna al diablo, salta sobre los pequeños para alejarlos del mal y bendecirlos. Cientos de personas, visitantes y vecinos de la localidad, han vivido con gran ilusión esta particular celebración, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional en 1987, y que se conoce ya internacionalmente.
La procesión ha comenzado en la plaza del Ayuntamiento con el toque de las campanas de la iglesia de Santiago Apóstol y el potente sonido del atabal. Las calles del pueblo, engalandas con colchas y colgaduras blancas, han presenciado el singular desfile, en la que tras el salto del Colacho, que simboliza el triunfo del bien sobre el mal, el Santísimo Sacramento ha bendecido también los altares improvisados por los vecinos del pueblo. En torno a 80 bebés han participado en la celebración, algo menos que en años anteriores debido a la amenaza de tormenta.
Además, la de hoy ha sido la primera vez que las mujeres han podido participar en la procesión, como cofrades, desde que surgió la tradición en el año 1621. De esta manera se introduce cada vez el papel femenino en las celebraciones religiosas.
Durante toda la semana festiva, el Colacho intenta interrumpir los actos que el pueblo organiza, tratando de impedir las misas y burlándose de los danzantes y el atabalero. Los niños insultan al personaje y este los persigue, pero como cada año, el diablo acaba escaldado y huyendo.