Vecinos de la calle Burgos explotan contra ruido y vandalismo

A.C. / Villarcayo
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En la noche del sábado, un afectado de 59 años salió a la ventana con su escopeta para tratar de asustar a los centenares de jóvenes reunidos junto a un pub. «Podríamos haber sido cualquiera», defienden

Los vecinos de la calle Burgos se sienten desamparados, desesperados e indefensos ante la avalancha de jóvenes que cada viernes y sábado noche toman sus aceras, sus seis portales para hacer botellón y su calzada sin respetar, en muchas ocasiones, las normas básicas de civismo, al tocar sus timbres o lanzar balones o vasos contra las ventanas. Los afectados denuncian insistentemente desde 2018 en el Ayuntamiento villarcayés el exceso de ruido que sufren, al que se unen situaciones de «inseguridad» por las peleas, carreras de coches o daños a vehículos y portales. Exigen soluciones y aseguran que «el problema va a más ante la falta de presencia policial». Cada fin de semana llaman a la Guardia Civil, pero afirman que «la mayoría de las veces no vienen».

La pareja formada por Nerea y Luis sufre por partida doble, porque sus pequeños de 5 años y 5 meses apenas pueden conciliar el sueño en un primer piso. Mercedes, de 74 años;Mari Carmen, de 74; Delfina, de 81; Cristina, de 81; Celes, que tuvo que trasladar a casa de una hija a su mujer, ya fallecida, mientras estuvo enferma; María José, Carmen... son algunos de los vecinos que en representación de todos los portales relataron a DB el suplicio de cada fin de semana.

Denuncian que, ante «la pasividad de las fuerzas de seguridad», los botellones son una constante, junto a la música que, en ocasiones, ponen en sus altavoces las cuadrillas, o sale de un pub que atrae a la chavalería a esta zona. Los vecinos aseguran que el establecimiento «tiene abiertas puertas y ventanas con lo que  sale directamente al exterior». La norma obliga a mantenerlas cerradas, recuerdan.

Una representación de vecinos de los seis portales de la calle Burgos, al fondo, donde se ubican 80 viviendas. Una representación de vecinos de los seis portales de la calle Burgos, al fondo, donde se ubican 80 viviendas. - Foto: A.C.

Afirman que el negocio también incumple el horario de cierre y su insonorización es insuficiente a tenor de las vibraciones y nivel de ruido que sufren en las viviendas más cercanas, donde el Consistorio nunca ha realizado una prueba de ruidos, al carecer de un equipo de medición, a pesar de las peticiones que se le han realizado desde 2018.

Un total de 80 viviendas están afectadas por una situación que el pasado sábado por la noche explotó. El vecino de un primer piso, de 59 años, perdió los nervios porque le tocaban el timbre y «por desesperación», salió a la ventana con su escopeta de caza gritando a los jóvenes que se callaran. «La familia pide disculpas, pero es la consecuencia de lo que vivimos», sostiene María José Sánchez, quien apenas duerme unas pocas horas a base de somníferos. Fue detenido el miércoles por ser el presunto autor de un delito de amenazas. «Podíamos haber sido cualquiera de nosotros», dicen sus vecinos, quienes también lamentan la suciedad.

Una terraza sin permiso. Junto a todo ello, los afectados ven en la terraza del pub uno de los problemas que acrecienta el problema en verano. En septiembre del pasado año, la junta de gobierno local acordó denegar al negocio la autorización para instalar la terraza «por los incumplimientos reiterados a los requerimientos municipales». Lo volvió a acordar en febrero pasado, pero la terraza continúa instalada y en uso. Ante ello, el pasado 8 de mayo, Adrián Serna firmó un decreto de Alcaldía en el que ordenaba su retirada con medios municipales. El establecimiento lo ha recurrido y las elecciones han retrasado una respuesta, pero la próxima junta de gobierno contestará al recurso.

La Guardia Civil intensificará el control en la zona. El alcalde villarcayés aprovechó este jueves la Junta Local de Seguridad, que cada verano coordina a la Guardia Civil con los servicios municipales ante la llegada de los grandes eventos, para poner sobre la mesa el problema de la calle Burgos. El teniente coronel Alfonso Martín afirmó a DB al término del encuentro que «hay un histórico de denuncias importante por exceso de aforo, incumplimiento de horarios...» y se «ha acudido» a atender las llamadas vecinales. Pero ante la situación actual en esta zona de ocio, se acordó «intensificar el control en la calle Burgos exponencialmente». La Guardia Civil comenzará con una labor preventiva para que se cumplan las normas, pero acabarán sancionando si los jóvenes siguen bebiendo en la calle. A ello añadió que la actuación policial se mantendrá más allá de las fiestas veraniegas «hasta que el problema se subsane».