Los datos de enfermedades de declaración obligatoria de 2022, todavía provisionales, corroboran que el aumento de las infecciones por transmisión sexual no es algo coyuntural. Tras una discreta caída de las notificaciones en los peores momentos de la pandemia por coronavirus -algo atribuido al confinamiento estricto, toque de queda, miedo y también al infradiagnóstico- el año pasado volvieron a dispararse los diagnósticos, con más de un centenar de casos de infecciones de este tipo: gonocócicas (30), por clamidia (30), sífilis (34) y por VIH (21). En este último caso los contagios están bastante estabilizados, pero, en general, se han triplicado -o más- con respecto al 2013. Al menos, los detectados.
En cambio, otras enfermedades también consideradas 'viejas', como la tosferina y el sarampión llevan dos y cinco años desaparecidas en la provincia; algo que se atribuye a la eficacia de las vacunas.
Tanto la responsable del servicio territorial de Sanidad, Dolores González, como el jefe de Epidemiología, José Luis Yáñez, destacan que los datos del 2022 no están cerrados y que, por tanto, podrían variar algo en próximos meses, pero, en lo relativo a las enfermedades que se contagian en relaciones sexuales sin preservativo, la serie histórica refleja que el aumento es constante desde el 2013. Hasta el punto de que la infección por clamidia, que no se notificaba en toda España, se incluyó en 2016 entre las de declaración obligatoria.
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