El Gobierno de coalición del Ayuntamiento de Burgos continúa dando pasos para acabar con la situación de alegalidad de las vetustas cocheras de autobuses de la Carretera Poza, asentadas sobre terrenos de uso residencial y cuyas instalaciones, de carácter industrial, suponen un barrera urbanística que frena aún la conexión natural de Gamonal con los barrios de Villímar y San Cristóbal. El planteamiento del Ejecutivo local pasa por construir una nueva dotación en la última ampliación del polígono de Villalonquéjar, que se adecúe a los tiempos actuales y futuros y capaz de dar servicio a una flota creciente de vehículos.

El principal hándicap de una instalación de este tipo es el gran espacio que precisa para que duerman en su interior entre 71 y 101 vehículos ya que eso exige de una cuantiosa inversión. De hecho, la presentación del estudio de detalle por parte del despacho de ingeniería y arquitectura MBG, adjudicatario de estos trabajos y de la redacción de los proyectos básicos y de ejecución, ha permitido saber ya que el Ayuntamiento tendrá que realizar un desembolso de entre 15 y 17 millones de euros. Para  urbanizar una parcela de casi 47.0000 metros cuadros en la calle Laredo (donde este año se ubicaron las barracas), construir una docena de naves, un edificio de oficinas, otro de talleres, túneles de lavado y  para habilitar cuatro puestos para que los autobuses reposten gasoil, otros cuatro para gas natural y cinco más de recarga de autocares eléctricos.

(Más información y gráficos del proyecto, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)