Elecciones y obras retrasan la apertura de piscinas públicas

B.A.
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Las de Quintanadueñas no se podrán usar este verano, como confiaba su Ayuntamiento, aunque finalizará su construcción. Sí están operativas las de Salas, Briviesca, Arcos, Villarcayo, Villagonzalo, Aranda o Miranda. Hontoria y Covarrubias, a la espera

Los vecinos de Salas de los Infantes estaban deseando probar el agua de sus piscinas. Abrieron el jueves y muchos ya inauguraron la temporada de baño ese mismo día. - Foto: REBECA RUIZ BARBERO

La vida en verano en muchos pueblos gira en torno a sus piscinas. Allí vecinos y veraneantes se alivian del calor, comparten charlas, comidas, partidas de cartas o la práctica de algún deporte. Así se lo imaginaban en Quintanadueñas, donde el 2023 era el año previsto de finalización de las obras y de la apertura de las nuevas instalaciones. La obra civil culminará, pero no a tiempo para darse en ellas un chapuzón. «Me gustaría al menos poder probarlas», explica su alcalde, Gerardo Bilbao, que lamenta el retraso pese a los esfuerzos municipales para que estuvieran listas. «Hemos tenido problemas con los suministros que lo han ido dilatando en el tiempo», reconoce.

Esta obra, la gran apuesta de Bilbao en la última legislatura, se encuentra en su última fase, que se licitó en enero por 667.000 euros. «Los edificios de vestuarios y zona de bar ya están terminados, sólo faltan los vasos de las dos piscinas, en los que hay que echar el hormigón y rematarlas», señala el que también será regidor de la localidad del Alfoz los próximos 4 años, que afirma que igualmente ha habido retrasos en la llegada de todo el sistema de aerotermia.

A estas alturas del año ya era posible darse un baño en las piscinas municipales de Covarrubias, incluidas dentro del camping y gestionadas por la misma persona, pero de momento no hay fecha de apertura y existen dudas de si se podrá hacer. «En estos momentos están completamente abandonadas», lamenta un vecino de la localidad, como puede verse en una de las imágenes que acompañan esta información. El problema en este caso deriva de que el concesionario del camping durante 25 años dejó de serlo en marzo al no renovarle el consistorio el contrato, que desde entonces se ha hecho cargo de su gestión.

(Más información, en la edición impresa de este sábado de Diario de Burgos)