Los costes disparados de la energía, el encarecimiento de las materias primas o el colapso de la cadena de suministro no lograron frenar el año pasado el comercio exterior provincial. A lo largo del 2022 las empresas burgalesas exportaron a 173 países de todo el mundo mercancías por valor de 3.570 millones de euros, un 3,3% más que durante el 2021. Todo esto contando el desplome de las relaciones con China, uno de los principales socios de Burgos, especialmente en materia agroalimentaria.

La cifra, que durante parte del curso fue la más alta de la historia, se queda muy cerca de los 3.604 millones del 2015, la mayor marca registrada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. El aumento del comercio exterior responde principalmente al buen comportamiento que han tenido varios productos que se elaboran en Burgos: las exportaciones de cosméticos subieron un 2,5% hasta alcanzar los 374,8 millones; la de maquinaria de todo tipo creció un 5,3% hasta los 245 millones mientras que el comercio con metales no ferrosos y con hierro y acero se disparó un 15,2% y un 16,2% respectivamente.

También fue notorio el importe que volvió a generar, a pesar de la continua falta de semiconductores o el cambio de modelo hacia coches híbridos, la industria auxiliar del automóvil. Durante el 2022 las industrias burgalesas enviaron componentes para ensamblar turismos o todoterrenos por valor de 206 millones, un 37,5% más que durante el 2021. El comercio con plásticos, otro de los puntales de la economía provincial, también creció. En este caso lo hizo un 10% hasta quedarse a las puertas de los 80 millones. Del mismo modo, el capítulo 'Otras mercancías', reservado entre otros asuntos para el material militar, se elevó un 33%.

En el otro lado de la balanza, son varios los sectores que vieron cómo se reducían -en algunos casos de forma alarmante- sus operaciones de comercio exterior. El más mermado entre los de mayor peso dentro de las exportaciones fue el de las semimanufacturas: en su conjunto movió 1.525,6 millones entre Burgos y el mundo. Sin embargo, y pese al buen comportamiento del metal y del hierro y el acero, los productos químicos mermaron sus envíos un 11,2%. Durante la pandemia el comercio de medicamentos -sobre todo con origen en la fábrica de GSK de Aranda de Duero- se incrementó de forma extraordinaria, pero el final de las restricciones motivó un descenso de sus exportaciones. Durante 2022 el montante que movieron estos productos bajó un 38%.

El parón chino. El capítulo de la alimentación es otro de los que se comportó a la baja a lo largo del año pasado. Las exportaciones de productos cárnicos fueron las que más sufrieron, ya que se desplomaron en un 26,1%, pasando de casi 200 millones a 141,2. Este hecho se explica en gran medida por la paralización de las importaciones de carne por parte de China. Aunque ya han vuelto a reabrir su mercado, entre agosto de 2021 y finales de 2022 el gigante asiático no compró ni un kilo de estos productos, lo que redujo sensiblemente las operaciones. Es más, esta medida provocó que el país, uno de los principales socios de las empresas de Burgos, haya bajado hasta el puesto octavo entre las naciones con más relación comercial.

El mayor aliado sigue siendo Francia con 788,8 millones durante 2022, un 13% más en tasa interanual, seguido de Portugal con 308,9 millones (+20%), Alemania con 272 millones (+18%), Italia con 196 millones (+4) y los Estados Unidos, con 148,3 millones, un 26,2% más.