La celebración del Corpus Christi, sesenta días después del Domingo de Resurrección, ha congregado esta tarde a miles de burgaleses que han salido a la calle para seguir la procesión, que ha partido pasadas las siete de la tarde de la Catedral, bajo una lluvia de pétalos, y que durante aproximadamente una hora y media ha recorrido las calles del centro de la ciudad.

Previamente a la procesión se ha celebrado una Santa Misa en el templo burgalés presidida por el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, y en la que han participado, entre otros, el arzobispo emérito, Fidel Herráez, miembros del Cabildo, sacerdotes, diáconos… En la homilía, el arzobispo ha centrado su mensaje en el amor de Cristo, de manera especial hacia los desfavorecidos y excluidos, y ha destacado el sacramento del amor como un "misterio de fe" que "supera a la razón" con la presencia "real" del cuerpo de Cristo.

En la procesión han participado, entre otros, un buen número de niños que este año han realizado la primera comunión, otros pequeños vestidos de ángeles, la banda de la cofradía de San Cosme y San Damián, los gigantones y gigantillos y representantes institucionales del Ayuntamiento y de la Diputación.