El sector turístico está de enhorabuena en la comarca ribereña, atendiendo al menos a las estadísticas que recogen las oficinas de turismo de las localidades más destacadas en el entorno rural del sur de la provincia. En Roa, Peñaranda de Duero y Caleruega encadenan varios meses con registros muy por encima de los contabilizados el año pasado, llegando incluso a duplicar el número de visitantes.
Es el caso de Roa, donde en los seis primeros meses del año han atendido en su Oficina de Turismo a más de 3.000 personas, cuando en todo 2022 se rozaron las 4.000, a las que hay que sumar aquellas peticiones de información que se han cumplimentado vía correo electrónico o telefónica. «Algunos prefieren preparar sus visitas a su aire y nosotros les facilitamos toda la información que puedan necesitar, en función de sus intereses», apunta Celia Bombín, responsable de este servicio raudense de atención turística.
Las estadísticas recogidas en esta oficina sirven de guía para conocer la procedencia más habitual de los que acuden a hacer turismo a la Ribera del Duero. El mayor porcentaje, el 42% concretamente, proceden de Madrid, seguidos de un buen número de castellano y leoneses, además de catalanes y vascos. Un mapa de procedencia casi idéntico al que registran en la Oficina de Turismo de Caleruega, donde han recibido este año menos catalanes, pero que tiene la particularidad de contar con muchos visitantes del ámbito internacional «la mayoría de ellos en relación a la figura de Santo Domingo de Guzmán», como puntualiza Beatriz Benito, que es quien atiende a los que buscan información en la Oficina de Turismo calerogana.
En estas instalaciones también han registrado un incremento de visitas con respecto al año anterior. «En abril recibimos a 530 personas, ha sido un mes histórico, porque es el abril que más gente ha venido desde que abrió la oficina en 2017», resalta Benito, mientras que en 2022 se llegó a 541 visitas sumando abril y mayo. Estos guarismos suelen ser más abultados a partir de ahora porque «a partir de julio ampliamos horario y esperamos recibir grupos grandes, de los que ya tenemos bastantes reservas para este mes», como puntualiza esta técnico de Turismo.
Estas cifras no se pueden comparar con las registradas en Caleruega en 2021, cuando la exposición con motivo del VIII Centenario de la muerte de Santo Domingo de Guzmán llegó hasta la villa calerogana a más de 9.000 personas. Pero el patrimonio monacal sigue siendo uno de los mayores atractivos del municipio, a los que suma su ubicación en pleno Camino del Cid con «visitantes que lo vienen haciendo que ha crecido respecto a años anteriores», o los campos de lavanda ahora en su mejor momento que, asegura Benito, «están siendo un gran reclamo turístico».
Otro caso de éxito turístico es el de Peñaranda de Duero, con su patrimonio como principal atractivo. Aunque una visita completa incluye el Palacio de Avellaneda, el castillo, la colegiata de Santa Ana y la bodega cárcel, la última incorporación a la oferta peñarandina, el interés lo acaparan los dos primeros inmuebles. En el primer semestre de 2023, por el Palacio de Avellaneda han pasado más de 6.000 personas y algo más de la mitad por el castillo, con la particularidad de que este bien patrimonial no está abierto en el primer trimestre del año. Por el contrario, la colegiata, que está en la misma plaza peñarandina que el palacio, con fachadas enfrentadas, sólo recibió 690 visitas, y adentrarse en la cárcel subterránea atrajo a 514 personas hasta que acabó junio.
Lejos de estas diferencias en la oferta turística peñarandina, las cifras mensuales también siguen la línea ascendente del resto de las oficinas de la comarca. Mientras que hasta abril de 2022 visitaron el palacio 3.072 personas, sólo en ese mes de 2023 se han rozado las 1.480. En el caso del castillo, entre los fines de semana de abril y mayo del año pasado se contabilizaron 1.850 personas, casi tantas como en abril de este 2023; correlación que también se produce en la estadística de colegiata y cárcel.