La hostelería factura un 15% menos por la quinta ola

B.G.R.
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La patronal del sector exige a la Junta nuevas líneas de apoyo después de prorrogarse otros 14 días la clausura de las barras

La Administración regional volvió a prohibir el servicio en barra y de pie el pasado 20 de julio. - Foto: Valdivielso

Las previsiones de reactivación en el sector hostelero se han visto mermadas por la llegada de la quinta ola de la pandemia y por las consecuencias que esta ha traído. Por un lado, restricciones como el cierre de la barra y la prohibición de consumir de pie en los establecimientos, que ayer mismo prorrogó la Junta otros 14 días, y, por otro, un incremento de la «prudencia» entre los consumidores que provoca que la actividad sea menor de la esperada. Son las dos razones que argumenta la patronal a la hora de explicar una caída en la facturación en comparación con 2020 y un retraso en los planes de recuperación que se alargan hasta 2022.

El presidente de la Federación Provincial de Empresarios de Hostelería, Fernando de la Varga, sitúa ese retroceso entre un 10 un 15% en comparación con las mismas fechas del pasado ejercicio, mientras que lo eleva hasta el 20 o 30% al remontarse a 2019. «Hace un año  veíamos de un confinamiento domiciliario y los ciudadanos tenían más ganas de consumir y salir a la calle, algo que no se da en la misma medida en la actualidad», explica, lamentando en este sentido que por ahora no se pueda hablar de recuperación de la actividad.

De hecho, el representante de los hosteleros retrasa las perspectivas de vuelta a la normalidad más allá de 2021 y «bien entrado» 2022 debido a que uno de los factores claves para conseguirlo pasa por la estabilidad. Al respecto, asegura que «seguimos instalados en una situación de incertidumbre muy importante, que provoca numerosos vaivenes que afectan al sector de forma manifiesta», ya sea en la restauración o en los hoteles. Sobre estos últimos, recuerda que cuando la incidencia de contagios comenzó a aumentar en la capital se produjo de inmediato un alza en  las cancelaciones de las reservas.

Desde el pasado día 20 está prohibido el consumo en barra y de pie en los establecimientos, además del recorte del horario de cierre a la una y media de la madrugada, medidas que, en principio, iban a estar vigentes hasta el 2 de agosto, pero que ayer prorrogó la Administración regional otras 14 jornadas. La decisión no ha sorprendido a los empresarios, que preveían esta extensión en el tiempo debido a que «la situación sanitaria aún no está controlada», lo cual no significa, según precisa De la Varga, que estén de acuerdo con ella debido a que «muchos locales no pueden trabajar» porque basan su modelo de negocio en este tipo de servicios, además de que el aforo continúa limitado al 75% de la capacidad. 

El representante de la patronal considera que la lucha contra la pandemia debe ser «mutua», por lo que exige a la Junta de Castilla y León que habilite una nueva línea de ayudas directas que permitan compensar las restricciones que está sufriendo el sector durante esta quinta ola. «Ante estas nuevas limitaciones en verano, que es la temporada con mayor peso en esta actividad económica, debería buscar otras alternativas de apoyo», reivindica, no sin antes mostrar cierto «alivio» por el hecho de que estas no hayan aumentado como ha ocurrido en otras Comunidades como la de Cantabria, donde se han cerrado los interiores.

Sobre este asunto, muestra su confianza en que Castilla y León no  siga ese mismo camino debido a que «la curva se está aplanando e incluso baja la incidencia de contagios»: «Si continuamos haciendo las cosas como hasta ahora, no tendría ningún sentido el endurecimiento de las medidas, además de que supondría otro paso atrás».

Esa misma situación se dio cuando se cerraron las barras tan solo un mes después de que pudieran reabrirse y dos de que se permitiera el consumo en interiores. El levantamiento de esta última prohibición permitió al sector «empezar a trabajar concierto grado de garantía», si bien De la Varga se detiene en la situación de los empresarios de ocio nocturno, cuya actividad se encuentra «paralizada» con las limitaciones horarias.

Todos estos condicionantes provocan que los servicios hosteleros se «limiten» a la terraza y al comedor , tendiendo en cuenta que, según el presidente de la Federación, en la capital «no existen muchos establecimientos de grandes dimensiones».  Una situación que supone que en algunos casos no se haya podido arrancar la campaña de verano, que representa un periodo crucial para el sector porque «es en este momento en el que nos estamos jugando la subsistencia de cara al futuro, como se demostró el año pasado, para poder hacer una pequeña caja que nos permita hacer frente a las pérdidas que puedan venir durante el otoño».

En plena temporada alta, la quinta ola ha hecho mella en la hostelería y en aquellas actividades directamente vinculadas al turismo, como los establecimientos hoteleros y las agencias de viajes, que también han notado un freno de sus reservas  y aumento de las cancelaciones.