100 coches 'duermen' en doble fila en Gamonal pese a la caída de los últimos años

H. Jiménez / Burgos
-

El estrechamiento de la línea roja en la calle Vitoria han rebajado la cifra pero no erradica esta práctica consensuada que la crisis ha contribuido a paliar y que durante el día se duplica

Imagen tomada en Luis Alberdi a las diez de la noche. - Foto: Tomás Alonso

Suele figurar como uno de los principales problemas del barrio cada vez que toca hacer una clasificación. Ha motivado varias propuestas de construir subterráneos, hasta una decena en los últimos años, y ninguna ha salido adelante desde que se construyó el del parque Félix Rodríguez de la Fuente. Aparece con frecuencia en los debates municipales y ha generado los conflictos de Eladio Perlado y la calle Vitoria. Cualquier actuación municipal al respecto se toma poco menos que como una venganza. Y el aparcamiento en Gamonal-Capiscol sigue sin solución, año tras año, desde hace ya muchos.

La última polémica en torno al aparcamiento en Gamonal ha sido el estrechamiento de la línea roja que marca como Vía de Atención Preferente (VAP) la calle Vitoria. Comenzó poco después de los altercados del mes de enero, que obligaron al Ayuntamiento a desistir de su proyecto de bulevar, y se ha rematado en los últimos días. El retranqueo ha acabado con la doble fila permitida, pues la anchura original habilitaba el estacionamiento de dos coches en línea y en paralelo fuera de la calzada, pero solo en una parte del barrio mientras en el resto esta práctica se mantiene como algo habitual.

No genera conflictos vecinales, pues se trata de una costumbre consensuada que surgió por la necesidad imperiosa de algún sitio donde aparcar y la ausencia de las infraestructuras necesarias para ello. Si acaso provoca molestias a quienes tienen que mover otro coche para sacar el suyo, sobre todo si el estacionado en doble fila no ha quitado el freno de mano y no ha puesto el punto muerto, como manda la tradición. Pero supone una anomalía urbanística por la que los vehículos invaden el espacio hasta estrechar otros carriles de circulación o evitar posibles ganancias de espacios para el peatón.

El estrechamiento de la línea roja en la calle Vitoria, adoptado unilateralmente por el Ayuntamiento y contra el que la asociación de comerciantes Zona G ha expresado su protesta, ha suprimido unas decenas de sitios para la doble fila. Pero no ha tenido apenas influencia en el resto.

En el triángulo compuesto por las calles Vitoria y Juan Ramón Jiménez y la avenida de la Constitución Española ‘duermen’ cada noche alrededor de 100 vehículos en doble fila. La cifra es aproximada y resulta de la media de varios recuentos realizados a lo largo de esta última semana en torno a las 22 horas.

Cuando cae la noche, el comercio ya ha cerrado y los clientes de los bares se baten en retirada, las zonas de Federico García Lorca y Luis Alberdi son las que más dobles filas mantienen. Cada una de ellas acumula en torno a 25 vehículos. Tras ellas, muy cerca, se sitúa Eladio Perlado aunque su gran longitud le proporciona una sensación de mayor alivio.

Grandmontagne con 4 vehículos, Canónigo Isidoro Díaz Murugarren con otros tantos, San Bruno con una cifra similar, Compostela o Pablo Casals (esta con una decena) y la calle Santiago (apenas un par de ejemplos) completan el panorama en los alrededores hasta llegar al centenar mencionado.

A estos aparcamientos en doble fila habría que sumar otras cuantas decenas de estacionamientos cuando menos irregulares, pues ocupan curvas, raquetas y esquinas. Cualquier hueco susceptible de ser ocupado por un coche acabará siendo invadido, a no ser que la señalización o el sentido común (intersecciones) lo impidan de forma evidente .

Un centenar de vehículos en doble fila en un barrio tan grande no parece una cifra llamativa. Y es que, aunque no hay comparaciones exactas con otros años, vecinos y comerciantes del entorno, además de la propia Policía Local citando la experiencia de los agentes que patrullan el barrio, coinciden en que en los últimos tiempos la situación ha mejorado.

La crisis aparece como un factor clave para explicarlo. Familias que antes tenían dos o tres coches ahora solo disponen de uno. Además, el envejecimiento del barrio provoca que conductores mayores hayan dado de baja sus vehículos. Y los jóvenes que se han quedado en Gamonal (muchos se han mudado a otros barrios en expansión) ya no quieren o no pueden disponer tan fácilmente de su propia forma de desplazamiento motorizada.

Durante el día, sin embargo, y al calor del intenso movimiento comercial que generan Gamonal y Capiscol, la doble fila llega a duplicarse hasta alcanzar los 200 coches en las horas punta (entre 13.30 y 14 y alrededor de las 17 horas). En esta ocasión es la avenida Eladio Perlado la que se lleva la palma. Más de 70 coches se reparten de forma casi equitativa entre los dos sentidos de la marcha, con tramos de la vía en la que los estacionados se colocan prácticamente pegados unos a los otros. Tras ella se sitúa, por número de estacionamientos irregulares, Federico García Lorca con cerca de 50 y Luis Alberdi con algo menos de 40.

Además, en la calle Santiago se colocan entre 5 y 10 vehículos, entre 15 y 18 en Pablo Casals (fundamentalmente en el tramo más cercano a Juan Ramón Jiménez), no suelen llegar a 10 en Arzobispo de Castro, otra decena emplea la pequeña calleCompostela, y algo menos en la plaza de Roma

A estas cifras, que por sí solas ya rozan los dos centenares, habría que sumarles ejemplos sueltos en otras calles del entorno, pues la norma en ellas de nuevo vuelve a ser que cualquier hueco es aprovechable.