La colaboración de la UBU con instituciones académicas internacionales da un paso más dentro del marco de la llamada Universidad Europea (RUN-EU), a la que se adhirió el pasado mes de noviembre y de la que forman parte siete campus de seis países. En esta ocasión, será el Instituto Politécnico de Cavado e do Ave, en Portugal, el que pondrá en marcha un proyecto piloto basado en la metodología aprendizaje-servicio a partir de la experiencia que la academia burgalesa acumula al respecto.
Se trata de un modelo educativo en el que los alumnos, dentro de una asignatura concreta, aportan soluciones a las necesidades detectadas en la sociedad civil. Lo hacen de forma conjunta con instituciones, colegios, residencias de mayores o entidades sociales, como es el caso de la colaboración de los estudiantes del grado de Terapia Ocupacional y de distintas ingenierías con la Asociación para la Atención de las Personas Afectadas de Parálisis Cerebral y Afines (Apace).
Esta metodología responde, precisamente, a uno de los ejes estratégicos de dicha alianza europea, que es el compromiso de los jóvenes con los problemas sociales y su participación en programas de voluntariado en favor de sus regiones. La UBU liderará el proyecto, que comenzará con el Instituto Politécnico portugués, con la intención de, una vez puesto en marcha, exportarlo al resto de países, entre los que figuran Irlanda, Finlandia, Hungría, Holanda y Austria.
«Hemos detectado que todas las universidades tienen necesidades semejantes», explica la vicerrectora de Internacionalización, Ileana Greca Dufrac, al tiempo que detalla cómo se articulará la iniciativa. En sentido, precisa que ya se ha enviado a profesores portugueses un listado con los proyectos que desarrolla la Universidad de Burgos para su estudio y posterior elección, de tal forma que puedan trabajar en ellos de forma conjunta con los docentes y estudiantes locales y aportar en cada caso sus estudios específicos para enriquecer y perfeccionar los resultados finales.
A modo de ejemplo, la responsable académica hace referencia a programas que podrían exportarse como los que se desarrollan con Apace para mejorar la calidad de vida de sus usuarios, la dieta saludable en las personas mayores, que desarrollan los alumnos de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, o la estimulación cognitiva en personas con diversidad funcional en el que participa Aspanias. A respecto, subraya la importancia de ese carácter internacional de la iniciativa por cuanto «permitirá fomentar el intercambio de ideas entre estudiantes y docentes participantes».
La experiencia piloto comenzará en septiembre con la puesta en común de los proyectos seleccionados por parte de ambas instituciones académicas y para lo que se prepara una visita de los profesionales portugueses al campus burgalés. En febrero se formará en la materia a todos los profesores implicados, mientras que en mayo se lanzará la convocatoria, en este caso internacional, a la que pueden presentarse. Más allá de exportar esa modalidad de aprendizaje, el programa incluye también movilidades tanto de alumnos como de docentes entre ambos países.