Los representantes del Ayuntamiento y de la Subdelegación del Gobierno celebraron ayer una reunión en la que el principal asunto que trataron fue el preocupante aumento del vandalismo en Venerables. Tanto la concejala de Seguridad Ciudadana, Blanca Carpintero, como el alcalde, Daniel de la Rosa, plantearon la necesidad de que la Policía Nacional participe en los dispositivos de vigilancia para evitar que se sigan produciendo episodios violentos como los de las últimas semanas. El subdelegado, Pedro de la Fuente, quiso restar importancia a los últimos acontecimientos sustentándolo con datos: a nivel delictivo, solo se han presentado dos denuncias en catorce días y ninguna de una gravedad extrema. Aun así, ambas instituciones reconocieron que es mejor prevenir que curar y ambos cuerpos de se coordinarán para reforzar su presencia en la zona.
Que la situación ha ido a más es evidente, como también lo es que las quejas de los vecinos se han multiplicado desde octubre hasta diciembre. Lo que empezaron siendo llamadas para informar a la Policía Local de reuniones multitudinarias y de pequeños botellones, se han transformado en alertas por peleas, destrozos e incluso pequeños hurtos en los garajes. Lo que la subdelegación defiende es que ninguno de estos hechos constituyen delitos graves que hagan saltar las alarmas. «Solo ha habido dos denuncias en la Comisaría. No nos parece un número suficiente como para decir que la situación en Venerables es insostenible, porque ocurre lo mismo en muchas otras zonas de la ciudad», señaló el subdelegado. «La mayoría de los jóvenes que se juntan allí tienen entre 14 y 16 años. Algunos beben en la calle porque es la manera que tienen de divertirse los chavales en estos tiempos», añadió.

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