Las violaciones crecen un 30% en los primeros 9 meses de 2022

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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Interior registra hasta septiembre en Burgos 13 agresiones sexuales con penetración y, en total, de 66 delitos contra la libertad sexual, un 13,8% más que en 2021

Las violaciones aumentan un 30% en Burgos en los primeros 9 meses del año. - Foto: Valdivielso

Los delitos contra la libertad y la indemnidad sexual han crecido este año en la provincia de Burgos un 13,8% entre enero y septiembre con respecto al mismo periodo de 2021. Es lo que dicen los últimos datos publicados por el Ministerio del Interior dentro del balance semestral que publica en su página web. Así, en 2022 se han registrado 66 infracciones penales de la tipología denominada contra la libertad e indemnidad sexual, de las que 13 fueron agresiones sexuales con penetración, comúnmente conocidas como violaciones. El resto, fueron acoso y abuso sexual, exhibicionismo, prostitución o ciberacoso sexual, sin que la estadística ministerial los desagregue.

Estos datos revelan que las violaciones se han incrementado un 30% entre un año y otro puesto que de enero a septiembre de 2021 fueron diez. Se trata de cifras alarmantes pero esperables, tal y como lo ven los colectivos de mujeres. Almudena Román, de la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Violencia Doméstica (Adavas) y Laura Pérez de la Varga, presidenta de La Rueda, coinciden en afirmar que este crecimiento revela, sobre todo, que las mujeres van perdiendo el miedo a denunciar aunque aún siguen siendo las menos las que toman esa decisión, fundamentalmente porque los agresores son varones de su entorno y eso les crea alguna dificultad emocional.

«Las mujeres cada vez nos culpabilizamos menos a nosotras mismas y tenemos una mayor conciencia y ya no justificamos este tipo de actos. Si se denuncia más, lógicamente aparecen más datos en las estadísticas de una realidad que antes estaba muy oculta porque... ¿cuántas se atrevían a denunciar? Por otro lado, el incremento de los delitos tiene que ver con el  caldo de cultivo social y cultural, las manifestaciones que llevan a normalizar estos hechos, el concepto de 'cultura de la violación', que tanto revuelo ha levantado en los últimos tiempos pero que tiene casi 50 años porque se acuñó en 1974 por un grupo de activistas radicales en Estados Unidos. Estamos en una sociedad en la que cada vez se legitima más la violencia contra las mujeres y los comportamientos sexuales agresivos», reflexiona Pérez de la Varga.

La Rueda ha hecho este año un análisis sobre cómo, además de la pornografía «como escuela de violencia sexual», otros productos culturales también ayudan a normalizar este delito. «Hay canciones que escucha la gente más joven y que se hacen virales que contienen unos mensajes muy peligrosos. Si cuando tienes 11 o 12 años escuchas a C. Tangana cantar No he olvidado el olor de la que me follé en el baño de un garito, borracho en Berlín, escuchando un techno que me hacía empujarla como un animal lo normalizas porque es una música divertida y la gente la baila, pero ese mensaje va quedando ahí. Un poco más adelante -13, 14 años- va picando la curiosidad y como ya sabemos que una de las primeras fuentes de información sexual de los menores es  el porno en internet entran en páginas como Pornhub y lo que se encuentran es, precisamente, la representación de lo que canta C. Tangana y se vuelve a normalizar  y a legitimar, por lo que muchos consideran, en sus primeras relaciones sexuales, que esa es la pauta normal».