Fermín Bocos

CRÓNICA POLÍTICA

Fermín Bocos

Periodista y escritor. Analista político


Lo que nos espera

02/01/2024

En días como éstos en la antigua Roma rendían culto al dios Jano, la deidad de dos caras que miraba al pasado y al futuro. En relación con la política española un optimista podría decir que lo pasado, pasado está. Cierto, pero no sus consecuencias, añadiría un observador algo más realista. Es cierto que pasó el bochorno parlamentario de la proposición de la ley de amnistía presentada por el PSOE que salió adelante con los votos de los partidos minoritarios que apoyan la continuidad de Pedro Sánchez al frente del Gobierno pero la citada iniciativa que, entre otras cosas, paga la deuda de Sánchez con Puigdemont, tiene todavía por delante un recorrido de ida y vuelta entre el Congreso y Senado que alargará su aprobación un par de meses. Y esa demora puede poner nervioso a Carles Puigdemont. De hecho ya lo está y así lo manifiesta en términos de recelo la portavoz de Junts, Mirian Noguera-la misma que sigue acusando de prevaricación a los magistrados del Tribunal Supremo y a otros jueces sin qué hasta el momento nadie la haya llamado al orden o citado ante un tribunal porque acusar en falso es un delito.

Desde su refugio de Waterloo Puigdemont hace llegar mensajes de impaciencia a través de los medios que en Cataluña le apoyan - con TV3 a la cabeza. Recela de que Sánchez vaya a cumplir el pacto que mediante la ley de amnistía borrará las cuentas que tiene pendientes con la Justicia y le permitirá regresar a Cataluña con margen de tiempo suficiente para volver a la primera fila de la política y, eventualmente, presentar su candidatura para presidir la Generalidad en las próximas elecciones autonómicas disputando la primogenitura independentista a sus odiados rivales de ERC. En esa expectativa se encuentra también Oriol Junqueras, el líder de los republicanos.

Observando el panorama se constata que a diferencia de los socios catalanes de Sánchez que están nerviosos, en EH Bildu están tranquilos- con el apoyo de los socialistas han conseguido la alcaldía de Pamplona y están a la espera de cambios en el horizonte penal de los presos etarras. Quien no lo está tanto es el PNV que ven con recelo el crecimiento de Bildu en las encuestas, fruto, en parte, del lifting político que les aporta los pactos con el PSOE y las fotos de sus parlamentarios con Pedro Sánchez.

Siendo realistas cabe pensar que ni Junts ni ERC van a retirar el apoyo parlamentario a Sánchez--¿con quién iban a estar mejor?- pero seguirán tensando la cuerda amargando su forzada victoria y recordándole que son ellos quienes tienen el mando a distancia, el botón que puede acabar con la legislatura.

Haciendo honor a la palabra del año que dejamos atrás -"polarización"-, todo apunta a que la cosa va a seguir por el mismo camino y la tensión política va a ser el pan nuestro de cada día.