El apoyo escolar hace que 30 menores gitanos pasen de curso

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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El programa 'Promociona' de la Fundación Secretariado Gitano lleva más de una década impulsando a los más jóvenes a sacar buenos resultados en Primaria y a superar la ESO

Shamira Jiménez, izquierda, estudia ESO y Jennifer Pisa trabaja y quiere terminar Secundaria. - Foto: Alberto Rodrigo

Shamira Jiménez, que cumple 13 años en agosto, ha terminado 1º de la ESO con muy buenas notas en el colegio María Madre: notables y bienes en todas las asignaturas, lo que se debe a que es muy trabajadora y responsable, como revela su madre, Noemí Sánchez, pero también a que durante todo el curso ha acudido religiosamente a las actividades de apoyo escolar que ofrece la Fundación Secretariado Gitano (FSG) desde hace más de diez años en un programa específico denominado Promociona. «Todos los martes y los jueves por la tarde he venido a hacer los deberes y a repasar las cosas que más me costaban pero el resto de los días también trabajo en mi casa», explica, venciendo su timidez.

El de esta adolescente es uno de los casos de éxito obtenidos por Promociona, que en este último curso ha ayudado a 30 niñas y niños a pasar de curso: 7 en Primaria y 23 en Secundaria. En el primer nivel, 1 niña y 2 niños terminaron 6º curso y pasaron a la ESO y 3 niñas y un niño finalizaron el año con todas las asignaturas aprobadas; en Secundaria 11 chicas y 12 chicos han superado sus respectivos cursos (1º, 2º y 3º de la ESO).

El objetivo de esta actividad es, según relata su coordinadora Arantxa Arnaiz, que cada vez más jóvenes gitanos logren el éxito escolar y académico y, sobre todo, que no dejen los estudios. Se trata de enfrentar el absentismo escolar que aún sigue lastrando a parte de la comunidad desde el convencimiento de que la educación es la mejor herramienta para el cambio social, para romper el círculo de la pobreza y para conseguir la inclusión social. El planteamiento teórico es la creencia «en el poder transformador de la educación para lograr un mundo más justo donde se valore la riqueza de las culturas».

El programa es proactivo. No solo está a disposición de las familias que quieran que sus hijos participen para reforzar su actividad escolar sino que sus profesionales buscan  aquellos casos en los que puedan ayudar y lo hacen a través de una relación muy estrecha con los colegios. «Trabajamos muy fluidamente con directores y orientadores de los colegios de la ciudad que nos indican  con qué estudiantes se puede trabajar, y si la familia está de acuerdo nos ponemos a ello», explica la coordinadora, que precisa que la intervención se hace a partir de 5º curso de Educación Primaria.

El número de estudiantes que se ayuda del Promociona ha ido en aumento desde que se implantó en Burgos debido a sus buenos resultados y al boca a boca. «Aunque aún hay de todo, las familias gitanas son mucho más conscientes que hace unos años de la importancia de que sus hijos estudien, por eso, cuando viene un niño de una familia y obtiene buenos resultados es habitual que también vengan los hermanos». Se da también el caso de que el seguimiento de los estudios por parte de la FSG impulsa al resto de la familia a estudiar. Es el caso de Noemí Sánchez, la madre de Shamira, que con más de 30 años y trabajando consiguió superar la ESO, de lo cual se siente muy orgullosa.

Aunque la tarea es ardua, este programa está consiguiendo casos de éxito. No solo cada año son más los críos que pasan de curso y titulan en Secundaria sino que varios han llegado a la universidad. La primera fue Amanda Pisa, que se graduó como educadora social en la Universidad de Burgos (UBU) y en la actualidad hay otros dos jóvenes gitanos cursando sendos grados: Ángel Arribas, en ADE, y Diego Pisa, que ha terminado el segundo curso del Videojuegos con muy buenas notas, entre las que hay alguna matrícula de honor. Shamira Jiménez conoce bien estos casos y tiene muy clara cuál es su vocación: «Quiero ir a la universidad para ser maestra de Educación Infantil».

El ejemplo de los mayores. «Esto para los más pequeños es un gran ejemplo. Les decimos que no pasa nada si hay tropiezos y dudas e incluso si se tiene que repetir, que lo que tienen que tener es perseverancia para lograr lo que están haciendo estos chicos», añade Arantxa Arnaiz.

En una entrevista interna de FSG elaborada como material de divulgación del Programa Promociona, Diego Pisa -ahora un estudiante de éxito- explicó que tuvo que repetir 4º de la ESO y que a la larga ha sido una de las cosas de las que más contento está porque dice que le ayudó a centrarse en los estudios y a organizarse de la mejor manera. Así, en Bachillerato ya no tuvo ningún problema y a la hora de elegir estudios, primero se decantó por Derecho y Administración de Empresas pero  enseguida se dio cuenta de que no era lo suyo. Cambió a  desarrollo de aplicaciones para páginas web, que superó sin dificultad pero al hacer las prácticas también se dio cuenta de que no estaba a gusto. Justo en ese año la Universidad de Burgos arrancó con los estudios de Videojuegos y ahí se le encendió una luz: «Era lo que yo realmente quería y he conseguido hacerlo gracias a repetir en su día y a dejar unos estudios que no me llenaban y con los que no me encontraba muy a gusto».

Los consejos que este joven da a los chavales más pequeños es que  adquieran un mínimo hábito de estudio y que si algo no se les da bien, que insistan y pidan ayuda. «La etnia no es ninguna barrera, según mi experiencia, y estoy convencido de que con esfuerzo se puede conseguir ser lo que quieras».