Rescatadas de la censura

I.L.H. / Burgos
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Dos obras de Víctor Ausín Sainz que fueron retiradas de una exposición en Salamanca son adquiridas por el Museo del Arte Prohibido, que acaba de abrir en Barcelona con piezas señaladas por motivos políticos, sociales o religiosos

Tras la censura en Salamanca, las piezas ‘La joya de la corona’ (i) y ‘El baile de la patata’ se expusieron en Espacio Tangente.

No se han librado grandes nombres de la historia del arte como Pablo Picasso, Gustav Klimt o Francisco de Goya ni creadores contemporáneos como Ai Weiwei, Tania Bruguera, Banksy, Miquel Barceló, Santiago Sierra o Abel Azcona. La censura, la cancelación o el ataque arrinconó o apartó sus creaciones relegándolas al ostracismo por motivos políticos, sociales o religiosos. O las aupó a una mayor repercusión por el hecho de haber sido señaladas. Como le ocurrió al burgalés Víctor Ausín Sainz en una sala municipal de Salamanca con dos obras de la exposición  No apta para todos los públicos. 

En febrero de 2014 la infanta Cristina declaraba ante el juez Castro por el caso Nóos, en el que estaba implicado su marido, Iñaki Urdangarín. Media año antes el extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, había entrado en prisión, y se habían conocido los SMS que le envió el entonces presidente Mariano Rajoy diciéndole aquello de «Luis, sé fuerte». En ese contexto Ausín Sainz, cuya obra ha ido unida siempre a la denuncia social, pintó unas telas estampadas con las imágenes de esos personajes sosteniendo unas heces en la cabeza. «Las hice convencido. Eran una imagen visual muy potente de lo que quería denunciar», apunta. Pero el Centro Municipal Integrado Julián Sánchez 'El Charro' mandó a la Policía para retenerle y retirarlas antes de la inauguración.

Aquella situación «vergonzosa y surrealista» que le hizo «sentir como un delincuente» hizo que Espacio Tangente y la galería madrileña Alicia Rey abrieran sus puertas para mostrar precisamente esa obra, pese a que no estaba previsto. «Salieron estas oportunidades, pero lo que viví no fue agradable. Meses después tenía una exposición en la sala Pedro Torrecilla y fui con miedo. Me sentía perseguido. Aunque en el Círculo no me pusieron ninguna pega», recuerda.

Esas dos obras 'escatológicas' de Ausín Sainz han sido adquiridas por el Museo del Arte Prohibido que acaba de inaugurarse en Barcelona con más de 200 piezas que han corrido una suerte similar. «Esta vez ha salido bien por una carambola. He vendido esas obras, pero a menudo te planteas para qué meterse en estos berenjenales». Ausín Sainz no vive del arte ni lo pretende, porque reconoce que su obra no ha encontrado encaje en el mercado convencional. «Lo hago por disfrute personal, aunque luego me cuesta exponerla». 

La colección del museo catalán la ha reunido el empresario y periodista Tatxo Benet después de que en 2018 adquiriera en ARCO una obra del artista Santiago Sierra, Presos políticos en la España contemporánea, y horas más tarde -ya comprada- la galería decidiera censurarla y dejar de exhibirla.

Ubicado en la Casa Garriga Nogués, en el centro de Barcelona, este curioso museo muestra lo que otros no han querido que se vea y que firman artistas como los mencionados al inicio. En la colección hay pinturas, esculturas, grabados, fotografías, instalaciones y obras audiovisuales que abarcan desde el período de la Ilustración a la actualidad. La de Ausín Sainz pertenece a la colección permanente, pero no está expuesta en la actualidad. «En realidad es una pena que exista un museo de este tipo, con obras por otro lado de distintas calidades. Es triste que haya tanta obra censurada como para crear un centro así», reflexiona. Y eso que a su juicio hoy en día «se ve poco compromiso».