La fibra óptica se ha convertido en un requisito imprescindible para multitud de profesiones y actividades de ocio en el día a día de los ciudadanos. Con ello, para las localidades de menor tamaño compone un auténtico reclamo a la hora de atraer y fijar población, según reconocen los alcaldes del entorno de Miranda. Antes de que finalice el presente ejercicio, seis localidades de la zona tendrán instalado este servicio y, de hecho, algunas de ellas ya lo están disfrutando desde hace relativamente poco. En particular, el internet de máxima velocidad se encuentra en Ameyugo, Suzana y Pancorbo.
A diferencia de estas poblaciones situadas a escasos kilómetros de Miranda, otros tres lugares de condiciones semejantes han de esperar un poco más. Movistar trabaja para llevar la fibra óptica a Bugedo, Ayuelas y Bardauri antes de que comience 2023. La compañía cuenta con el respaldo del Programa de Extensión de la Banda Ancha de Nueva Generación 2020 (PEBANG 2020), impulsado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. A su vez, este plan gubernamental está cofinanciado con el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Por su parte, la pedanía mirandesa de Guinicio deberá aguardar un margen de tiempo mayor hasta que en sus domicilios haya fibra óptica. Según las previsiones que manejan en Movistar, la conexión a internet más moderna estará activa en este pueblo, como muy pronto, en 2023. La compañía de telecomunicaciones tiene claro que la instalación «se desplegará» en ese ejercicio y, por ende, en el lugar cuentan con que se dé servicio con relativa celeridad.
Como en el caso de Bugedo, Ayuelas y Bardauri, la puesta en marcha de este tipo de conexiones en Guinicio llegará con el apoyo de las inversiones públicas. Eso sí, la instalación más tardía no depende del plan PEBANG 2020, sino del conocido como UNICO-Banda Ancha. Este modelo de financiación procedente de la administración no cubre todo el desembolso necesario, aunque sí da facilidades a las compañías del sector que se encargan de la instalación y puesta en funcionamiento.
Con todo ello, el respaldo estatal resulta clave para agilizar los fondos suficientes en esta clase de proyectos. De forma contraria, los permisos necesarios tienden a ralentizar el proceso de instalación. Buen ejemplo de ello se ha observado tanto en Ameyugo como en Bugedo. Ambos municipios de la comarca del Ebro estaban a expensas de conseguir algunos consentimientos a principios del ejercicio actual, sin embargo, han logrado salvar tales escollos y ya han avanzado con sus respectivos planes.
Por otro lado, en diferentes puntos del mapa comarcal este servicio no es ninguna novedad. No solo municipios con Ayuntamiento propio, como La Puebla de Arganzón, sino que incluso algunas pedanías mirandesas disfrutan desde hace años de la fibra óptica. Dentro de este grupo se incluyen tanto Ircio como Orón. Eso sí, los alcaldes de estas entidades menores han recalcado siempre que obtuvieron el internet de alta velocidad gracias al esfuerzo e iniciativa de sus propias administraciones.
La situación da un giro de 180 grados si se atiende a las regiones que lindan con la comarca del Ebro. Varios municipios de La Rioja, que no llegan ni tan siquiera a los 200 habitantes, disponen de fibra óptica desde antes que comenzara el año 2022. Destacan a escasos kilómetros de Miranda Tirgo o Cihuri, y otros más grandes, como Sajazarra o Casalarreina. La realidad llama más la atención en País Vasco, puesto que resulta muy complicado encontrar un municipio sin este tipo de conexión. Lugares como Lantarón, Rivabellosa yZambrana acumulan casi un lustro con el servicio activo.