Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Trampas en el solitario

29/10/2023

Resulta casi imposible que los partidos políticos se resistan a la tentación de hacerse trampas en el solitario a pesar de que las hacen a la vista de todo el mundo y ni tan siquiera se esfuerzan por disimular. La pregunta que la dirección federal del PSOE lanzará a la militancia para comprobar el grado de aceptación de la negociación de la amnistía a los investigados y condenados por el proceso independentista entra en esa categoría. Pero, por otra parte, y aunque lo adorne como un servicio al país que facilitará el reencuentro entre España y Cataluña también ha reconocido que la innombrada medida de gracia es "la única vía" para que pueda seguir gobernando.

La pregunta "¿Apoyas el acuerdo para formar un gobierno de coalición con Sumar y lograr el apoyo parlamentario de otras formaciones políticas para alcanzar la mayoría necesaria?" tiene dos partes bien diferenciadas. En la primera se habla del acuerdo firmado con Sumar que a estas alturas del debate político tiene pocas contraindicaciones para los socialistas puesto que más que grandes novedades tiene un perfil continuista sobre lo ya realizado en la anterior legislatura, hasta el punto de que algunos socios de Sumar lo consideran poco ambicioso. En la segunda parte de la pregunta la dirección socialista con Pedro Sánchez a la cabeza está pidiendo que la militancia conceda un cheque en blanco para negociar con los partidos independentistas catalanes, Junts y ERC, que son los que le pueden proporcionar la "mayoría necesaria" para poder formar gobierno. O sea que se habla de la amnistía sin mencionar la amnistía y los militantes socialistas tendrán que votar sin saber cuál es el precio que tendrán que pagar por conseguir esos votos, y sin conocer el estado actual de una negociación que se prolonga demasiado tiempo en el que los 'indepes' ponen sobre la mesa cada vez más condiciones que tensan las costuras constitucionales y las dejan al borde del desgarro, aunque este es el límite que Pedro Sánchez afirma que no está dispuesto a traspasar.

El presidente del Gobierno en funciones está convencido de obtener el respaldo de los militantes socialista en cualquier caso porque lo que van a votar no es si avalan los acuerdos, sino si vuelven a gobernar o dan paso a una repetición de las elecciones en las que el PP y Vox lograran alcanzar la mayoría absoluta, y llegados a este punto y cumplidos los trámites estatutarios sobre las alianzas para gobernar, las voces contra la concesión de la amnistía son minoritarias bien por convencimiento de que se trata una nueva herramienta más para que Cataluña deje de ser el eje central del debate territorial, bien por disciplina en un partido donde escasean las voces críticas que consideran que con esa medida de gracia se abre un boquete en la dignidad democrática del país que afecta a todos los poderes del Estado. El presidente castellano manchego, Emiliano García-Page, es la voz que clama en el desierto del Comité Federal reunido en Madrid, con predicamento entre determinados militantes, no solo históricos, pero con escaso voto efectivo. Los militantes socialistas tienen una semana para pensárselo, aunque nadie piensa que a Sánchez le pueda suceder como al prófugo Carles Puigdemont, cuyas bases hicieron caso omiso de la consulta sobre el apoyo a Pedro Sánchez y las que votaron lo hicieron en contra.