Sabido es que las aguas del viejo Sahara español tienen un banco de pesca extraordinario. Un caladero interesante para el mundo marinero. De hecho, viene siendo aprovechado por 21 pesqueros españoles en el marco de un acuerdo internacional entre Marruecos y la Unión europea. Pero su explotación y aprovechamiento se complica por el conflicto del Sahara, problema en el que confluyen Marruecos, Argelia, España y el Polisario. Siempre hemos dicho que el Sahara es una asignatura pendiente del Gobierno de España porque la retirada y entrega del Sahara tras la Marcha Verde de 1975 no se hizo bien. Fue un error del último gobierno de Franco, en contra de lo que pensaba él mismo y sin ajustarse proceso de descolonización impulsado por las Naciones Unidas.

El caso es que desde el lunes pasado ha quedado sin efecto dicho Acuerdo. Los barcos pesqueros europeos ya no pueden faenar en esos caladeros. Se han resentido los marineros de Andalucía y de Canarias. Algunos patrones dicen que vienen faenando allí desde hace 70 años. Para arreglarlo, el Gobierno promete atender sus reclamaciones. La solución es fácilmente imaginable, consiste en indemnizarles. El ministro Sr. Planas anuncia ayudas hasta 302.000 euros.

Pero fijemos la atención en el Acuerdo mencionado. Resulta que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dictado varias sentencias diciendo que el Acuerdo no es válido porque ignora los derechos del pueblo saharaui. La última sentencia es de 29 de septiembre y nuevamente resulta contraria a Marruecos porque dichas aguas no son marroquíes sino saharauis. Aunque hay un recurso de la Comisión, a la vista de dicha sentencia el conflicto del Sahara ya no es un problema jurídico internacional sino plenamente político. Y ahora el Polisario ofrece licencias de pesca a quienes le reconocen como representante del pueblo saharaui. Consta que ha emprendido conversaciones con los patrones canarios.

El Sr. Sánchez, como es sabido, ha declarado la pertenencia del Sahara a Marruecos, de una manera muy particular y no puede estar cómodo con la sentencia del Tribunal. 

Conclusión, este asunto no es ajeno al resultado de las votaciones del próximo domingo. Ni a la eficacia de los servicios postales por su papel aplicado desde arriba de manera ventajosa desde hace años.