"Volver ha sido un sueño"

RODRIGO C. LEÓN / Aranda
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El pivote Marcos González cierra una etapa de dos cursos con el Villa de Aranda, el club de su tierra

Marcos González cierra una etapa de dos temporadas como amarillo. - Foto: Valdivielso

El Villa de Aranda pierde de a uno de sus máximos talentos salidos desde la cantera en los últimos años. Marcos González se despidió el pasado sábado del cuadro ribereño después de una etapa de dos temporadas en el primer equipo. Tras regresar a orillas del Duero en verano de 2021, el ribereño ha demostrado un enorme crecimiento desde su llegada de BM Ciudad de Salamanca, equipo en el que militó durante cinco años previamente.

Marcos González abandona el club en el que dio sus primeros pasos en el mundo del balonmano para emprender un nuevo camino en la rama académica. "He tenido que decidir y no tenía otra opción. Cuando juegas balonmano, si no estás en la máxima élite, son decisiones que toca tomar en algún momento. He decidido que sea ahora por mi futuro personal", explica.

Tras concluir su segunda etapa en Aranda, González mira con orgullo un objetivo que considera que ha logrado. "Cuando me fui a Salamanca siempre dije que quería jugar en el primer equipo del Villa de Aranda. Puedo decir que volver ha sido un sueño. Cuando lo cumplí me propuse el objetivo de tener responsabilidades y no ser el típico canterano que está por ser de la tierra". Una hazaña que tiene su parte deportiva y su parte personal. No puede evitar mirar al cielo y acordarse de su tío, la persona que le introdujo en el balonmano.

Respecto a un recuerdo especial en esta segunda etapa, Marcos se decanta por el ambiente vivido durante el último derbi burgalés en el feudo arandino. A pesar de vivirlo desde el palco por lesión, el pivote rememora "una grada repleta con los colores del equipo, la charanga animando... Por dentro no podía dejar de pensar que esto era un regalo". Así pues, tampoco se olvida de Alberto Suárez, Sara López, Santiago Manguán y Mariano Ortega, cuatro figuras fundamentales en las últimas dos campañas.

No obstante, deja atrás algo más grande que un vestuario de profesionales. "Me llevo mucho más que compañeros de aquí. Tengo la suerte de que hemos sido un grupo de amigos muy unidos", explica.

Ahora, con la mente centrada en su presente inmediato, González se trasladará a Madrid y no descarta la posibilidad de seguir jugando al balonmano "siempre y cuando el tiempo y la distancia lo se lo permitan". Asimismo, también deja la puerta abierta a un posible regreso al Villa de Aranda, el equipo de sus amores. "Si el destino me trae de nuevo a Aranda, yo sería feliz jugando en el club".