13 peligros en el Camino para los peregrinos en la N-120

I.L.H. / Burgos
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La seguridad vial es uno de los aspectos que más preocupan en el Plan de la Ruta Jacobea elaborado por la Junta. Cruces sin visibilidad, cercanía de vehículos pesados o tramos sobre el asfalto sin andaderos requieren de intervención

Las obras de la A-12 obligan en Viloria de Rioja a caminar por el arcén y soportar las molestias -y el peligro- de circular muy cerca de vehículos pesados. - Foto: Alberto Rodrigo

El peregrino que recorre el Camino de Santiago Francés transita por 116 kilómetros de la provincia burgalesa si sigue el trazado más frecuentado. Y ascienden hasta los 188 los kilómetros delimitados y declarados Bien de Interés Cultural si se suman las variantes. Recorrerlos a pie o en bicicleta tiene sus riesgos: cruces sin visibilidad, circular muy cerca de vehículos pesados, elevado tráfico o tramos sobre el asfalto sin andaderos son un problema de seguridad vial. 

El plan director del Camino de Santiago que ha elaborado la Junta para revitalizarlo ha detectado trece puntos muy peligrosos para el peregrino concentrados en la Nacional 120 que corresponde al tramo este de la provincia, entre Redecilla del Camino y la capital, aunque también hay aspectos a corregir más allá de Burgos.

El estudio señala, por ejemplo, los accesos a localidades como Espinosa del Camino, Redecilla del Camino, Belorado o Zalduendo. «Me preocupa la salida, pero sobre todo la entrada a Villafranca, con una bajada y luego una curva con mucho tránsito de vehículos pesados y en la que no hay ninguna señal. Aquí se podría poner un semáforo o una señal que avise de las dificultades del terreno», especifica Ángel González Pieras, director general de Turismo.

Puntos de riesgo para los peregrinos del Camino de Santiago en la N-120 a su paso por Burgos.Puntos de riesgo para los peregrinos del Camino de Santiago en la N-120 a su paso por Burgos. - Foto: Elaboración: Carlos García InfoSPC

Algo parecido ocurre en Redecilla del Camino y en Espinosa del Camino, con cruces a la entrada y la salida que el estudio determina como «muy» y «extremadamente peligroso» sobre todo por no tener establecido un punto de paso y existir un elevado tráfico de vehículos pesados.

En otras ocasiones la amenaza es la caída de piedras, la señalización confusa, el carril estrecho para el peregrino o la visibilidad reducida. Para corregirlo en algunos casos se aconseja establecer una clara zona de paso y en otras la colocación de bandas transversales de alerta o crear andaderos: «Entre Tardajos y Rabé de las Calzadas habrá que actuar para realizar un andadero que sustituya al actual paso sobre el asfalto», señala de memoria González Pieras. 

Hay problemas también por obras como la de la A-12 entre Villafranca y Redecilla o en la de variante de Ibeas por las del parque tecnológico en el Burgos sureste.

«Para atajar estos riesgos debemos ponernos en comunicación con la administración competente. No es la primera vez, pero hay que seguir insistiendo. Todas las administraciones tenemos que ser conscientes de la importancia que tiene el Camino y todas, sin excepción, tenemos que ponernos a la labor», añade el responsable de la Junta.

Servicios estacionales. Pero no todo en el estudio es seguridad vial. El informe remarca también como males a corregir los problemas de alojamiento entre noviembre y marzo y la concentración de los servicios en unas pocas y determinadas zonas.

Respecto a esto último, se sitúan sobre todo en Belorado, Burgos y Castrojeriz y su estacionalidad dificulta las pernoctaciones de los peregrinos a lo largo de la provincia. 

Los problemas con el alojamiento en las fechas menos frecuentadas es algo que afecta a todo el Camino, pero en la provincia según el plan director preocupa en puntos estratégicos como San Juan de Ortega o entre Burgos y Castrojeriz, con dos ubicaciones clave en Hornillos y Hontanas. «Es algo que hay que poner en evidencia y nos reuniremos con los hosteleros y los albergues municipales para tratar de corregirlo».

Señales en mal estado. En la capital el problema más evidente es la «abundante aunque con deterioro y vandalización» flechas amarillas que indican el camino a seguir. «Debemos actuar aquí. Realizaremos un plan de señalización que sea difícilmente vandalizable y que más tarde extenderemos a otros caminos de Santiago. Las chapas azules y amarillas están dobladas, pintadas, con tachones. Una opción es basarnos en mojones con menos impacto visual, sin olvidar tampoco la otra señalítica cuando sea necesario. Además hay que realizar una campaña de concienciación».

Por último, existe una preocupación por las informaciones que dicen que los peregrinos cogen un autobús en Burgos hasta León: «Los datos no lo demuestran, y lo digo claramente. Por lo tanto es un bulo, pero se va instalando en la mentalidad de algunos peregrinos, que se pierden así una parte esencial del Camino. Hemos fallado en la labor de márketing», concluye.