Rosalía Santaolalla

Sin entrar en detalles

Rosalía Santaolalla


La Historia

31/07/2023

«Un mundo que ha sido capaz de crear el Taj Mahal, a William Shakespeare y la pasta de dientes rayada no será tan malo», le decía MacNamara, el personaje de James Cagney, al combativo joven comunista con el que se casaba por sorpresa la hija de su jefe en Uno, dos, tres. Billy Wilder se sirve de la ambición expansionista de un directivo de Coca-Cola en el Berlín dividido de la Guerra Fría para repartir sopapos a diestro y siniestro, con personajes desquiciados y situaciones surrealistas. La película es uno de los ejemplos de que casi cualquier situación puede dar pie a la comedia y se permite, en el año 61 del siglo pasado y con inteligencia, bromear con el pasado nazi de algunos personajes y con las idas y venidas de la parte oriental a la occidental. 

En la capital alemana ahora todo es memoria. Dolorosa en muchos casos. Y aún así es prácticamente imposible pasar por determinados lugares sin encontrarse con referencias explícitas a lo que allí ocurrió. Hechos documentados y con recordatorios a la vista, para que muchas aberraciones del pasado más reciente no queden enterradas en el desconocimiento. El comentario más escuchado y leído a la salida de un llamado 'lugar de memoria' -un campo de concentración, por ejemplo- en países como Alemania es que debería ser visita obligatoria en edad escolar. Visto lo visto, en España algunos lo someterían al criterio del pin parental por considerarlo adoctrinamiento. 

Es en este momento, en el que hay quienes se resisten a facilitar que los historiadores hagan su trabajo, en el que se demuestra más necesaria esta disciplina. Sobre todo teniendo en cuenta que, para evitar hablar del pasado, algunos se sirven de mentiras y, en ausencia de argumentos, faltan al respeto a las personas que, en todo su derecho, tratan de preservar la memoria de las víctimas de la guerra y la injusticia. Servidora, a tope con MacNamara en fijarse en las cosas bonitas del mundo. Y muy a favor de no ponerse de perfil ante lo que lo ensucia.