Cómo nos gusta una lista. Cada vez más. Con la simplificación de todos los contenidos, con la tendencia al cebo constante de 'clicks', internet está lleno de clasificaciones de lo más variopinto que intentan captar la atención de los lectores: los 5 mejores trucos para abrir un aguacate sin destrozarlo, los 12 mejores lugares donde tomarte una foto en Sasamón, los 20 restaurantes imprescindibles de Teruel, el 'top ten' de playas fluviales de Extremadura… y así con todo.

La web de Diario de Burgos no podía ser menos, y en la edición impresa del 2 de enero (aquí en versión digital) pudimos leer, con todo lujo de detalles, las 25 noticias más pinchadas del año recién terminado. El pódium lo coparon (ninguna sorpresa) los sucesos. Algo tienen las desgracias y los dramas que generan un impulso irrefrenable. Ese averquéhapasao de toda la vida, que ya no exige asomar el hocico al corrillo del accidente en directo, sino que ahora basta con apretar el botón y fisgarlo en el teléfono.

Tenemos también noticias curiosas (Laureano Oubiña convertido en mercader cidiano, el burgalés que compró el Azor, el chaval de la Bureba que le da a las Cabañuelas o Iñaki Urdangarín aprendiendo balonmano en El Plantío), otras de servicio público como los autobuses gratis y las clásicas necrológicas de ilustres que se fueron (José Antolín, Nines la de la Pécora).

Pero lo más llamativo, lo más curioso, es lo que no está. Recuerdo para los desmemoriados como yo que 2022 hubo unas elecciones autonómicas y llevaron a Castilla y León a abrir informativos nacionales. Que llegó el AVE después de tantísimos años esperándolo. Y que tuvimos notables alegrías futboleras (el Burgos CF) y sonadas tristezas baloncestistas (el San Pablo) casi por igual. Ninguna de ellas aparece ni siquiera en los últimos puestos de estas 25 primeras.

«¿Por qué?», se preguntaría José Mourinho con acento portugués. «Yo no entiendo por qué».

A saber. La posibilidad de conocer exactamente cuáles son las noticias más leídas proporciona muchísima información a los medios, pero igualmente es verdad que los periodistas, a la vista de sus resultados, nos quedamos con más interrogantes que respuestas.

El viejo eslogan que acompaña diariamente a la cabecera del New York Times (todas las noticias que merecen ser publicadas) se tambalea cada día más. Uno se escuerna para contar que el centro de salud del Silo lleva un retraso vergonzoso y resulta que llega Shakira, revienta internet con su temazo despechado y te deja con los clicks al aire. Habrá que seguir haciéndose preguntas…