Ayala asume un reto de 200 millones

J.M. / Burgos
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Los consejos de los consorcios del tren y de Villalonquéjar instarán su propia extinción la próxima semana y está previsto que el 19 de abril lo apruebe el Pleno. ProBurgos se hará cargo de la gestión del suelo

La desaparición del tren dio paso a más zonas verdes y peatonales, y a nuevas construccciones. Y a una deuda millonaria. - Foto: Jesús J. Matías

El Ayuntamiento ha iniciado la cuenta atrás para la extinción de los consorcios de la Variante Ferroviaria y de Villalonquéjar IV tras más de dos décadas de existencia. Esta decisión, histórica y fruto del consenso político de todas las fuerzas con representación en el Consistorio, respaldada por la élite funcionarial (Secretaría General, Intervención y Tesorería) y acordada también con la Fundación Caja de Burgos, se traduce en que la ciudad asume ya de facto y a todos los efectos los 203 millones de deuda que arrastran los dos entes, así como la gestión de todos sus activos (la comercialización y venta de suelo). Todo está preparado para que en el próximo consejo rector de cada consorcio, que se celebrarán este miércoles, se inste formalmente al Ayuntamiento para que proceda a su disolución.

El proceso, según ha podido saber este periódico, se pretende que sea rápido ya que la idea es dictaminar la disolución de los dos entes en una comisión de Hacienda que se celebrará días después y que en el Pleno del próximo 19 de abril, en apenas dos semanas, se apruebe ya la extinción de los consorcios con el traspaso de todos los activos y pasivos al Ayuntamiento.

Tras años en los que la figura de los consorcios tuvo su utilidad ya que permitió actuar con agilidad e impulsar dos proyectos claves (coser una ciudad dividida por las vías del tren y generar una más que necesitada bolsa de suelo industrial), en el número 1 de la Plaza Mayor han entendido que estos instrumentos hace tiempo que han perdido su operatividad (se rigen por las mismas normas que la administración) y la alcaldesa, Cristina Ayala, ha decidido coger el toro por los cuernos y no ha sucumbido a la tentación de dar una patada hacia adelante para que el problema, en su misma o mayor dimensión, se lo encuentre quien venga después.

ProBurgos, como se ha rebautizado a la Sociedad de Promoción, será quien asuma la gestión de los consorcios. Eso obligará a una reestructuración de la empresa municipal, de tal manera que se crearán dos vicepresidencias en lugar de una. De este modo, el concejal de Urbanismo, Manuel Manso, asumirá desde ahí la responsabilidad desde el ámbito político. Es de suponer que habrá alguna incorporación de trabajadores.
La disolución de los consorcios vendrá acompañada, además, de una también histórica amortización de la deuda de estos dos entes.

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