San Juan de los Lagos precisa 4 millones para el barrio y la humedad que devora los pisos

C.M. / Burgos
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La nueva asociación de vecinos exige una actuación urgente después de años de abandono y peleará por un ARI u otra figura urbanística que permita una rehabilitación integral

Recreación de cómo quedaría el barrio tras acometer una regeneración completa de los espacios públicos. - Foto: Estudio Canal Rua

Un pequeño paseo por el barrio de San Juan de los Lagos es suficiente para comprobar el estado de deterioro en el que se encuentra. A punto de cumplir sus bodas de plata, este entorno en el que viven 1.500 vecinos, adolece de una falta de mantenimiento que ya se prolonga durante mucho tiempo.

Su remodelación completa en un horizonte de unos cinco años requeriría inversiones de entre 3 y 4 millones de euros, según las primeras estimaciones.

Hay que echar la vista hasta la legislatura de Valentín Niño para recordar alguna actuación. En 2010 cuando el actual alcalde, Javier Lacalle, era concejal de Fomento se anunció una ambiciosa reforma por valor de 1,6 millones que incluía el adecentamiento del espacio entre la plaza y la barriada Illera en su lado norte, ensanche de las «estrechas» aceras del puente que cruza el río Vena hacia la zona del centro cívico, arreglo y pintura de las pistas deportivas de baloncesto, rebaje de bordillos junto a las pistas de tenis, sustitución de las baldosas, desagües y sumideros, arreglo de remates y asfaltado de la vía principal. Sin embargo, en 2011 se anunció que el proyecto se guardaba en un cajón.

Ahora la recién creada asociación de vecinos pretende dar batalla para que se salde una deuda histórica con el barrio. La aspiración final sería conseguir un Área de Rehabilitación Integral (ARI), pero el nuevo Real Decreto que regula el Plan Estatal de Vivienda 2013-2016 contempla otras figuras urbanísticas que posibilitan fuentes de financiación a comunidades de vecinos que permitirían una actuación integral en las 360 viviendas, cerca del 75% de ellas tienen humedades, y también en la urbanización. «Los únicos presupuestos de las administraciones públicas son para el ámbito de la rehabilitación. En el caso del ARI solo dan uno a la ciudad, mientras que las otras fórmulas son más elásticas», indicó la presidenta del la asociación vecinal, Asunción Soria.

Las viviendas se estrenaron en 1998 y ya presentaban humedades, que fueron tratadas. Sin embargo, con el paso del tiempo han vuelto a aparecer y sería necesario instalar fachadas ventiladas para solucionar definitivamente el problema. «Muchos vecinos ha ido arreglando las humedades interiores, pero han vuelto a salir y algunos pisos están en muy malas condiciones», añadió.

Algunos bloques también presentan grietas, a las que en algunos casos se les han puesto parches para ir tirando. El ladrillo de las terrazas se está laminando como consecuencia de la acción del agua y el hielo y pueden verse pequeños trozos en el suelo.

Además, el barrio tiene un diseño complicado con muchas rampas y escaleras, sobre las que ha proliferado la hierba a sus anchas, y muchas baldosas están rotas, con el consiguiente peligro de caídas. A ello se añade que el parque infantil se encuentra en un estado lamentable, así como también las canchas de baloncesto.

Barrio unido

Los vecinos están muy unidos en la búsqueda de soluciones a corto, medio y largo plazo y así se lo trasladarán por escrito en los próximos días a las diferentes administraciones públicas (Ayuntamiento, Junta y Estado) acompañando el documento con una propuesta de regeneración completa diseñada por el estudio de arquitectura Canal Rua. «Los vecinos están dispuestos a poner el dinero que les corresponda. En ocho meses acabemos de pagar los créditos con los que adquirimos las casas y tenemos que mentalizarnos para ir reservando la parte del dinero que nos corresponda para esta actuación», añadió Asun Soria.

El arquitecto Agustín Herrero, de Canal Rua, asegura que lo más inmediato es solicitar al Ayuntamiento una actuación urgente para consolidar algunas infraestructuras y mejorar la accesibilidad a un año y medio o dos años vista y con una inversión de entre 500.000 y 700.000 euros. Posteriormente, se acometería una actuación integral a cuatro o cinco años en la que se incluiría la restauración de las fachadas mediante envolventes térmicas y que tendría un presupuesto de tres a cuatro millones. «Estamos haciendo los estudios previos y no podemos dar un coste exacto porque depende de la solución final que se adopte», apuntó el arquitecto.

Los 360 pisos de protección están  repartidos en 11 bloques en los que residen 1.500 vecinos y también hay algún comercio.