«No hemos tenido un éxito arrollador, pero tampoco un fracaso estrepitoso»

J.M. / Burgos
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Marta y Javier Antón | Empresarios

Hace siete meses que iniciaron su primer proyecto empresarial con toda la ilusión del mundo, y después de meditarlo mucho, mañana domingo será el último día en que habrá actividad en Pan Comido. Ese es el nombre con el que Javier y Marta Antón bautizaron una idea que llevaban amasando desde hace un tiempo y que consistía en el reparto a domicilio, y en bicicleta, de pan y prensa. No ha funcionado. Y aunque no es para celebrarlo, están satisfechos con los 70 clientes que habían conseguido acumular en este tiempo.

La principal causa que les aboca al cierre, según explica Javier, ha sido el «no poder concentrar a la clientela» en una zona próxima. Eso les ha impedido no poder cumplir sus expectativas y comprobar que no conseguían llegar a tiempo para entregar los pedidos.

Se llevan «una gran experiencia de la que hemos aprendido mucho» y que «nos servirá para el futuro. No ha sido un éxito arrollador, pero tampoco un fracaso estrepitoso».

En la despedida no se quieren olvidar de los agradecimientos. A los clientes y también a los proveedores. A la panadería Ordóñez por darles todas las facilidades y a Jamones Miratonda Guijuelo por haber querido colaborar con ellos. En este último caso no ha sido posible porque el proyecto muere antes de que pudieran llevar embutido a las casas. Pero valoran mucho la predisposición.

Su experiencia les ha servido para recomendar a futuros emprendedores «que sean prudentes». A tener un buen plan de negocio, aunque a ellos les haya fallado, ya que «algunos proyectos nacen con sentencia de muerte». Ellos han conseguido «recuperar los 4.000 euros de inversión». Eso sí, a cambio de no tener un sueldo que les permita seguir adelante. «Afortunadamente» son jóvenes y han tenido «el respaldo de sus padres».

Han aprendido una lección que quien sabe si les llevará al éxito en una nueva intentona. Han cometido «errores», lo reconocen. Uno de ellos, el de cómo enfrentarse a la labor comercial. Fallos que creen que ya no cometerían. Ahora, de momento, no es la hora de pensar en un nuevo proyecto. Tanto él, licenciado en Comunicación Audiovisual, como su hermana, en Derecho, esperan que el mercado laboral les de una oportunidad. Lo que se llevan por delante es que «hemos disfrutado desde el primer día hasta el último». Nunca se podrán reprochar a sí mismos que no lo intentaron.