La privacidad expuesta

I.L.H. / Burgos
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Pelayo Cienfuegos reproduce la habitación de su infancia y rescata fotos íntimas de esa época para reflexionar sobre la permanente exposición que sin pudor mantenemos en las redes

Cienfuegos, que se define artista lúdico conceptual, comparte imágenes y objetos personales como la Primera Comunión o su colección de llaveros. - Foto: Luis López Araico

Todos los artistas hablan de sí mismos. Pelayo Cienfuegos lo hace sin remilgos, interpretaciones o miramientos. A través de objetos y fotografías de su infancia y juventud nos invita a conocer la habitación que fue su refugio hasta los 17 años, las imágenes de su Primera Comunión («la única condición que puse es que quería llevar una corbata de ositos»), la colección de llaveros, los trofeos de atletismo, las instantáneas de sus padres, abuelos y hermano, el recorte de prensa con su equipo de futbito, su foto desplumando un pollo o de juerga...

La instalación que presenta en la Biblioteca Central de la Universidad de Burgos mostrándose a sí mismo va de una intimidad que deja de serlo cuando la exponemos, de la manera en la que la mostramos en las redes sociales, de lo que hacemos con nuestra imagen y lo pueden hacer con ella: «¿Qué hay más íntimo que entrar en la habitación de alguien a la que solo accedes si tienes cierta confianza? Viendo sus cosas entiendes otras y puedes ver cómo era antes: si tenía el pelo largo, si estaba gordo, si fue de una tribu urbana... ¿Qué hay más privado que eso?», detalla este artista lúdico conceptual que estrenó en Escena Abierta, junto a Bea Sualdea, Normalmente está todo bien pero de vez en cuando...

Cienfuegos se apropia de ese lenguaje de la privacidad expuesta que se usa en las redes para hacernos ver lo estrambótico del asunto: «Mostramos nuestra intimidad en internet sin ningún tipo de pudor, con una naturalidad asombrosa a pesar de que sabemos que eso está ahí y ahí se queda», argumenta.

Frente a esa falta de recato en las redes, su exposición pública en esta instalación genera en el artista «un pudor bestial»: «Estoy sufriendo mucha vergüenza. Pero es parte de la reflexión: cómo me lo tomo, cómo lo siento y el porqué de esta necesidad». Colgar una foto en internet, sin embargo, no implica esas connotaciones. «Antes, que una chica te diera una foto significaba que había algo y costaba mucho pedirlo porque no era fácil que te la diera. Ahora todos tienen acceso a todas las fotos de todos», analiza. En unas décadas, revisar las fotografías en las redes de ciertas personas será como entrar en la habitación de su infancia, cuando queramos y sin permiso.

Hasta ahora Cienfuegos no comparte fotos de este tipo en las redes. «Me gusta pasármelo bien y no tengo sentido del ridículo, pero es verdad que estas fotografías siempre se han quedado en el ámbito privado, para enseñárselas a mis amigos». Pero quizá con la instalación todo cambie: «Esto me sirve como punto de inflexión, por eso viene desde el ego. Aprovecho para decir 'ya estoy aquí'. Porque siempre he mantenido esa idea de no jugar con mi imagen y que hable mi trabajo por mí, pero al final todo va de eso, y tampoco hay que negarlo».

Con esta exposición, que lleva por título Fame significa hambre en mi lengua materna (Fame means hunger in my mother tongue), el artista asturiano que reside en Burgos desde los 17 años inicia un proyecto que espera ampliar y mover por otros lugares. Está abierta hasta el 9 de junio.